Granada

Uno de cada tres alumnos se aburre en la escuela y abandona los estudios

El abandono de la escuela sin haber acabado los estudios obligatorios, uno de los grandes problemas que lastran la educación en España, no es una decisión que el alumno toma por que sí, en un momento puntual. Es el resultado de un largo proceso que empieza fraguándose en Primaria y acaba por «desenganchar» del sistema educativo a uno de cada tres alumnos, el doble que en Europa

Un grupo de alumnos del Instituto de Educación Secundaria "Clara Campoamor"de Peligros (Granada) ha cambiado por unos días los libros por las cámaras para rodar un cortometraje
Un grupo de alumnos del Instituto de Educación Secundaria "Clara Campoamor"de Peligros (Granada) ha cambiado por unos días los libros por las cámaras para rodar un cortometrajelarazon

Se marchan «porque no se sienten vinculados a la escuela, no es algo que tenga que ver con ellos y hay un desinterés por lo que ofrece». En definitiva, «el colegio es un aburrimiento». Es una de las conclusiones de Luis Mena, profesor de Sociología en la Universidad de Salamanca que, junto con el catedrático de Sociología Mariano Fernández Enguita, ha elaborado un estudio sobre fracaso y abandono escolar en España, que fue presentado ayer. El informe forma parte de la colección de estudios sociales de la fundación «La Caixa» y ha sido realizado después de examinar los expedientes académicos de 850 alumnos que dejaron las clases. Todos tenían en común un historial marcado por las repeticiones de curso, retrasos, absentismo e incomparecencia a los exámenes. Vivían la escuela «como una cárcel».IndisciplinaEl 88 % de los estudiantes que dejan las clases ha repetido curso alguna vez. De hecho, a los 10 años, uno de cada diez niños ya no asiste al curso que le corresponde por su edad y el 16% acumula algún retraso. El 91% de los expedientes de estudiantes analizados recogían faltas de asistencia no justificadas pero llama la atención que sólo el 28% de los estudiantes tuvieron problemas disciplinarios serios en el centro escolar», aunque sí problemas de disciplina, especialmente en los primeros cursos de la ESO. El estudio mantiene que, cuanto más problemático es un alumno, los padres se implican más, acuden al centro en más ocasiones para hablar con los profesores y ejercen una gran presión para que el joven no deje los estudios. Además, defiende la idea de que las tasas de abandono entre comunidades varían dependiendo de las oportunidades de empleo fácil y no cualificado que haya.Fernández Enguita asegura que «los alumnos no viven el abandono como un fracaso, muchas veces supone para ellos alcanzar una identidad más plena». Lo cierto es que «tanto los estudiantes que fracasan como los que no, cuestionan por qué se imparten unos conocimientos en lugar de otros». Es por esto por lo que se mostró partidario de «flexibilizar los contenidos».