Rusia protege a su aliado árabe en la ONU

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) están reunidos desde el martes para discutir sobre un nuevo proyecto de resolución presentado por EE UU que exige el cese de la represión en Siria. El documento demanda además que las Fuerzas Armadas sirias se retiren de las ciudades y se ponga en libertad a los detenidos «arbitrariamente».

También exige a las autoridades sirias que den acceso inmediato a los trabajadores humanitarios a todas las ciudades del país, y pide a la oposición abstenerse de todo acto violento si el régimen de Bachar Al Asad cumple con estas exigencias. Fuentes de la ONU indicaron a la agencia Efe que habían «equilibrado el lenguaje» para satisfacer a Rusia. Sin embargo, en Moscú ayer se mostraron reticientes al nuevo informe.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Guennadi Gatilov, dejó claro que el nuevo borrador es una versión ligeramente renovada del anterior, por lo que Rusia podría no respaldar la aprobación de la nueva propuesta.

Mientras la comunidad internacional gasta sus energías en proyectos de resolución baldíos, la situación humanitaria en Siria es cada vez más preocupante, debido a la escasez de alimentos y medicamentos, y miles de sirios continúan huyendo.

La ONU censó más de 25.000 refugiados sirios en los países fronterizos con Siria y la violencia desplazó entre 100.000 y 200.000 personas en el interior del país.

Por otra parte, se espera que hoy la Unesco eche a Damasco de su Comité de Derechos Humanos. EE UU, Reino Unido, Qatar o Kuwait comenzaron una campaña en diciembre para sacar a Siria de dicho comité. Pero la semana pasada, 17 Estados, liderados por Rusia, bloquearon esta acción.