Cataluña

CiU abre la puerta a la abstención para facilitar la aprobación del «tijeretazo»

El frente catalán ya está en marcha. Los presidentes del Senado y el Congreso reciben la ofensiva de Cataluña.

Duran Lleida considera que la situación requiere «seriedad»
Duran Lleida considera que la situación requiere «seriedad»larazon

MADRID- Hoy se cumplen ocho días desde que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara en el Congreso el mayor tijeretazo social de la historia de la democracia. Ocho días y aún no se saben los detalles ni del recorte salarial de los funcionarios ni desde cuándo se aplicará la congelación de las pensiones ni cómo se articulará jurídicamente el plan de ajuste. El Gobierno anda desorientado, y aún no ha concretado las nueve medidas anunciadas por el presidente, ni las que irán en el decreto que aprobará el Consejo de Ministros mañana, ni las que se incluirán en el proyecto de Presupuestos para 2011 que deberá remitirse al Congreso el próximo septiembre. Si sabe cómo hacerlo, desde luego todavía no lo ha trasladado a los grupos de la Cámara, donde debe ser convalidado el decreto. De momento, el PP ya ha dicho que no apoyará la congelación de las pensiones. Sobre el resto de las medidas no se ha pronunciado. Y no lo hará hasta no conocer toda la letra pequeña de los planes gubernamentales. Lo mismo ha dicho CiU, aunque su portavoz, Josep Antoni Duran Lleida, dejó ayer abierta la puerta a la abstención de sus 10 diputados que, unida a la abstención de alguna otra formación minoritaria (como CC o UPN), garantizaría la convalidación del ajuste aunque sólo fuera con los votos favorables del PSOE. Y es que CiU sigue defendiendo la necesidad de reducir el déficit público y, aunque habría deseado que el Gobierno hubiese negociado de dónde recortar, se siente incapaz de rechazar de plano la medida por lo que, a priori, está más cerca de la abstención que del voto en contra. «Nosotros no optamos por la demagogia», sentencia Duran, quien en todo caso aclara que la abstención no está cerrada y mucho menos si el Ejecutivo pretende trocear las medidas para tratar de aprobar unas con unos grupos y otras con otros, ya que lo que se juega España es la confianza en el país y no en el Gobierno. «Si algo requiere la situación es seriedad y las medidas han de salir, aunque sea con sus votos», concluyó.El «giro copernicano»Calendarios aparte y ya sabiendo que CiU podría facilitar la convalidación, el PSOE se mostró ayer más confiado de poder sacar adelante el plan de ajuste. Y eso que el PNV también está en contra de la congelación de las pensiones y, como el PP, prefiere no adelantar su posición sobre el resto de medidas. Mucho más clara ha sido la izquierda parlamentaria, que rechaza sin paliativos el plan de ajuste. En este espectro ideológico el Gobierno no encontrará un solo apoyo, a no ser que se produzca, como dijo ayer Gaspar Llamazares, un «giro copernicano» para que el coste de la crisis recaiga en «especuladores y banqueros». IU-ICV quiere recortes además en Defensa y la recuperación del impuesto de patrimonio, entre otros asuntos.

El FMI apela al consensoUn grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) desembarcó ayer en el Congreso de los Diputados con el objetivo de sondear los apoyos con los que cuenta el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante su reciente plan de ajuste económico. Los «gurús» de la economía mundial –que previsiblemente emitirán un informe al respecto el lunes–se reunieron con los portavoces económicos de todos los grupos parlamentarios y dejaron caer que las grandes reformas que debe afrontar España requieren del mayor de los consensos posibles, algo que también han reclamado en otros países. Aunque en un primer momento la cita estaba programada antes de que Zapatero anunciara los recortes, a nadie se le escapa que cobra especial relevancia en este contexto.