Barcelona

La Iglesia reza hoy por los fieles de China

La Policía se lleva de Shanghai a todos los curas fieles a Roma para que no acudan al santuario de Sheshan.

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Los católicos celebran hoy en todo el mundo el Día de Oración por la Iglesia en China, una jornada instaurada por Benedicto XVI en 2007. El pasado miércoles, el Papa pedía recordar a los obispos y sacerdotes que «sufren y son presionados en el ejercicio de su ministerio», mientras que otros se enfrentan a «la tentación de un camino independiente de Pedro», es decir, al sometimiento a la Iglesia patriótica china, dócil al Partido Comunista, en desobediencia a la comunión con Roma.

Decenas de miles de católicos chinos solían participar cada 24 de mayo, día de María Auxilio de los Cristianos, en una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Sheshan, a 40 kilómetros de Shanghai. Sin embargo, desde 2008 se dificultó el acceso y sólo unos pocos cientos consiguen ahora pasar los mil y un obstáculos que ponen las autoridades comunistas. Según fuentes de la agencia AsiaNews, este pasado domingo, ninguna comunidad católica clandestina de Shanghai pudo celebrar misa, porque la policía se llevó «a un viaje pagado por el Gobierno» a todos los sacerdotes no registrados en la Iglesia patriótica. El objetivo del «viaje» es impedir que los sacerdotes fieles a Roma organicen a los fieles en la peregrinación. Incluso los católicos de la Iglesia patriótica se ven hostigados por mil controles y policías con cámaras que piden documentos, y no se permite acudir a los fieles de otras diócesis.

Obispos en trabajos forzados
En los últimos meses, el Gobierno ha endurecido su posición para controlar a los católicos. En noviembre, la Iglesia patriótica ordenó un obispo en Chengde sin permiso papal. En diciembre, se organizó una asamblea de la Iglesia patriótica a la que al menos 40 obispos, sacerdotes y líderes laicos fueron llevados a la fuerza. En el último año, han muerto cuatro ancianos obispos fieles a Roma que pasaron décadas en la cárcel y serán recordados estos días por los fieles. El obispo de Xiwanzi pasó 10 años en prisión y otros tantos en un campo de «reeducación»; incluso anciano y en silla de ruedas estuvo vigilado por agentes del Gobierno. El obispo de Fuzhou pasó 30 años entrando y saliendo de la cárcel: era líder de 80 sacerdotes clandestinos. El de Shiqian también pasó una década en la cárcel y varios años como preso obrero.

Hace un mes murió, por último, el prelado de Luoyang, que estuvo 10 años en trabajos forzados. Todos los demás obispos clandestinos están escondidos, bajo arrestos domiciliarios o bajo estricta vigilancia. Hay además dos obispos desaparecidos en prisión: monseñor Shi Enxiang, arrestado en 2001, y monseñor Su Zhimin, arrestado otra vez en 1997, de cuyo estado y situación no se sabe nada. La Fundación Cardenal Kung denuncia también que hay al menos 8 sacerdotes detenidos en la región de Hebei, entre 2003 y 2006, sin apenas contacto con el exterior. Y quedan por aclarar las extrañas muertes en la cárcel del obispo Gao Kexian en 2005 y del obispo Han Dingxiang en 2007.

En Torreciudad, la misa en mandarín
Familias chinas de Zaragoza, Huesca, Barcelona, Bilbao y Pamplona celebraron el domingo la misa en mandarín en el santuario mariano de Torreciudad (Huesca). Rezaron el Rosario en conexión por teléfono móvil con un seminario en China continental y procesionaron con el icono de Nuestra Señora Emperatriz de China.