Actualidad

Miedo a la libertad por Ángela Vallvey

La Razón
La RazónLa Razón

En la Transición, cuando aún no teníamos «Educación para la ciudadanía», recuerdo que yo recibía clases de Ética. Las impartía un profesor de Filosofía al que siempre he estado profundamente agradecida. Me hizo leer a Erich Fromm, a Aldous Huxley, a George Orwell… La asignatura trataba de eso: de leer unos cuantos libros que él había seleccionado y luego comentarlos en clase. Fue la mejor vacuna intelectual que jamás he obtenido contra los totalitarismos, un equipaje mínimo para sobrevivir en las sociedades de masas contemporáneas. Uno de los títulos fue «El miedo a la libertad», de Erich Fromm. Lo recuerdo estos días, cuando se anuncia esa «Ley de Transparencia» que espero que cumpla lo que promete. España ha sido, hasta ahora, una anomalía entre la mayoría de los países europeos, que ya cuentan con leyes parecidas. La transparencia nos ha dado miedo. Desde que murió Franco, la sociedad española se ha caracterizado sobre todo por el miedo. El terrorismo no era el único obstáculo al que temía España. Tenía miedo de la verdad, de la claridad y de la libertad. Prefería la mentira, esa enfermedad moral infantil, porque España estaba en plena niñez democrática y sus dirigentes –que sentían tanto temor, o más, que la propia sociedad– ni habían leído a Kant ni poseían la experiencia política necesaria para manejarse con soltura en libertad. España ha necesitado 37 años y una gran recesión para alcanzar su manumisión civil, para convertirse en liberta y perder el miedo a la libertad, a las cuentas claras y a la responsabilidad; para ser consciente de que la mentira política –en una sociedad democrática madura– no está justificada en aras del «bien del Estado» (léase: de los que gobiernan). Enhorabuena. Por fin ha acabado la Transición. No seré yo quien la añore.