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La Razón
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Hay motivos suficientes para que los futbolistas hagan huelga y para que la convoquen con letras mayúsculas, no poniendo una vela a Dios y otra al diablo; es decir, el domingo se juega o no se juega, que lo de celebrar partidos entre las cinco y las siete no deja de ser una coña filipina. Y aclaro: futbolistas no son sólo Cristiano Ronaldo, Iniesta, Messi o De Gea. Hay más, que cobran mucho menos, muchísimo menos, infinitamente menos, en Primera y en Segunda División. Algunos que ni cobran y otros que por esa trampa legal que obedece al pomposo nombre de Ley Concursal reciben la mitad de lo acordado. También los hay que por miedo callan y admiten el chantaje: «Como denuncies, el equipo pierde la categoría y a ver cómo vas a cobrar luego», les dicen. Y tragan. El convenio que tienen firmado con la patronal (Liga de Fútbol Profesional) no ofrece dudas: entre el 23 de diciembre y el 2 de enero, vacaciones. Todo es relativo. Hoy, día 29, regresan a la «oficina» Real Madrid, Barcelona y Almería; entre ayer y el lunes se les adelantó el resto. Fin de las vacaciones. En estas fechas, algunas selecciones autonómicas, cada vez menos porque la fiebre regional ha remitido, aprovechan para referenciarse; también es época de partidos solidarios para combatir alguna de las muchas plagas que machacan al mundo. Ahí suelen aparecer las figuras, los «cracks» con tirón, los que llegan a fin de mes y a fin de siglo, los que son solidarios con los pobres del mundo y los pobres de Primera y Segunda que no llegan ni al fin de semana.