Sevilla
OPINIÓN: Vicios privados
Casi todos los males que aquejan a la Administración podrían resumirse en uno: la escasa formación de muchos ciudadanos los incapacita para distinguir entre lo colectivo y lo particular, entre lo público y lo partidario si hablamos de política. Las hembras «enragées» conforman hoy uno de los lobbies más peligrosos y su poder se extiende como una mancha de aceite por instituciones de toda laya. Verbigracia, la Asociación de la Prensa de Sevilla a la que me honro de no pertenecer al comprobar con espanto el aquelarre feminazi que organiza este fin de semana. Ignoro por completo la identidad de los miembros (abundarán las miembras, sin duda) de su junta directiva y temo por tanto herir con este artículo a algún dilecto compañero pero no sería decente ni intelectualmente honesto callar ante el empleo de los recursos de una cofradía gremial en alimentar la furia vengativa de género, sólo porque unas cuantas señoras sean aficionadas a esta forma de violencia. Cada cual (cada cuala) es libre de amargarse con las obsesiones que le plazca, todos tenemos unas cuantas, pero no es bonito implicar en ellas a todo un colectivo profesional; que no tiene por qué verse reflejado en ningún auto de fe representado por estas feministas cabreadas, valga la redundancia. El colofón será una pira con las obras completas de Michel Houellebecq.
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