Padres y padres

Debemos agradecer parte del éxito de Higuaín a su entorno familiar y a su padre, Jorge, ex jugador de Boca y River, respaldo y guía excepcional. Para «Pipita» no hay mundo fuera de su fútbol y su familia. Por eso triunfa. No pierde el tiempo. Posee cuanto necesita. Escribieron leyendas sobre los padres de los «futbolistas con padre», rechazados por subjetivos e incapaces de asimilar que otros juegan mejor que sus hijos; también por sus habituales pretensiones de contratos-estrella para proyectos juveniles. Sin embargo, hay padres y padres.
Tuve la suerte de conocer, desde el inicio, a don Emilio Butragueño y a su esposa, Pilar (q.e.p.d.). Los padres del genio ofrecieron siempre un modelo a seguir por su humildad, sencillez y educación, por el respeto a cuantos rodearon a su hijo. Sólo pronunciaron, y sigue haciéndolo mi admirado y querido don Emilio, frases de gratitud y comprensión para todos. Butragueño nunca fue un «futbolista con padre», pero siempre tuvo un padre y una madre maravillosos e insuperables. Una familia, un privilegio.
He conocido jugadores sin familia, otros con compañías negativas; proyectos de dioses caídos por los barrancos de la vida. Quiero homenajear a todos esos padres y madres, cuyos nombres desconozco, que se sacrifican para que sus niños jueguen al fútbol y los llevan a entrenar con lluvia, frío o calor insufrible. No piden dinero. Lo ponen. Son la primera pieza de la fábrica de sueños. Por ellos, somos campeones del mundo. Las familias entrañan los pilares de la sociedad y, sobre ellas, edificamos el futuro. El éxito de Higuaín es el triunfo de la familia y del esfuerzo.

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