Conferencia Episcopal

OPINIÓN: Perder la verdad por Card Ricard M Carles

La Razón
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Cualquier persona, por muy superficial que sea, no aceptaría realizar una tarea sin saber qué finalidad tiene, «el para qué» de lo que hace. Lo curioso y lo triste es que son muchos quienes viven su entera vida, sin pensar en el porqué de ella. Ese conocimiento totalizador supone conocer cuál es la verdad de una vida humana. Puede haber muchas personas despreocupándose de la verdad de su vida humana, que será auténticamente humana, cuando sepa de dónde viene y a dónde se dirige. El porqué de ella. Y es grave que, quienes pretenden dirigir la sociedad quieran apartar a los ciudadanos de toda reflexión profunda y, en consecuencia, de toda referencia religiosa. Más de un siglo hace que Unamuno responde a una pregunta que se le había hecho sobre cuál era su religión. «Mi religión es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad. Mi religión es luchar incesante e incansablemente con el misterio; mi religión es luchar con Dios desde el romper del alba hasta el caer de la noche, como dicen que con Él luchó Jacob».

Quiso resumir su vida, en una confesión de fe, al hacer que en su lápida del cementerio de Salamanca se pudiera leer: «Ábreme tu pecho Padre, misterioso hogar, pues vengo deshecho del duro bregar». Por lo que se refiere a la fe en las naciones, afirma: «No hay para los pueblos modernos salud fuera del cristianismo». Aunque es consciente de las campañas antirreligiosas, con su carácter de luchador, las enfronta con su talante: «A ratos me entretengo en mi Tratado del amor de Dios –lo está redactando- recreándome ante la hostilidad con que habrá de recibirlo la intolerancia intelectualista».


Card. Ricard M. Carles