Asturias
Carmen Lomana: «A mí el chándal me queda mortal de necesidad»
–Acaba de publicar «Los diez mandamientos de la mujer once». ¿Para ser una mujer once hay que hacer deporte?
–Bueno, yo no me considero una mujer once, pero en mi caso no. Creo que es un plus que está bien si te gusta, pero tampoco hay que matarse, porque como decía mi abuela te gastas y luego se te estropean las articulaciones.
–¿No hace ejercicio para conservarse? Lo suyo parece ciencia ficción…
–Pues no hago nada. Además es que ni camino, porque voy en coche a todos los sitios. Hoy he dado un paseo hasta la peluquería, pero normalmente soy un desastre, debería hacer deporte, es mi asignatura pendiente. Cuando empecé «Más que baile» me encantaba y decidí que iba a bailar tres veces a la semana, pero soy tan vaga que ni eso. Vaga para estas cosas, porque luego soy súper trabajadora.
–Para mí, que no hace ejercicio porque no le gustan los chándals…
–Bueno, pero puedo hacer ejercicio monísima sin ir en chándal, con unos leggins y un suéter finito o una camiseta. Es que el chándal, yo no se a ti cómo te queda, pero a mí me queda mortal de necesidad, no me gusta nada.
–A Carmen Lomana es fácil imaginarla en el Gran Premio de Fórmula 1 de Montecarlo o en las carreras de Ascot, pero no en el fútbol. ¿Le gusta?
–No, no me gusta nada… Aunque vi la final de España-Holanda y soy de la Real Sociedad y del Athletic.
–No hace ejercicio, ¿y deporte? Porque las niñas bien siempre han jugado al tenis, al golf…
–Yo he jugado mucho al tenis, a las palas en la playa en San Sebastián y en Asturias, en casa de mis padres, los veranos –tú sabes que en el norte cuando baja la marea se juega mucho a las palas–. Y también he nadado mucho. Al golf jugué siendo muy cría, pero nunca me ha gustado y eso que he vivido en mitad de un campo de golf, en Jaizkibel, en San Sebastián. Y no sé, a lo mejor por tenerlo tan cerca… Pero es que además se necesita muchísimo tiempo y al final cuando te crees que lo dominas es una cura de humildad, porque no das una… Me gustan los deportes más rápidos, más violentos.
–¿Hay algo de «dime qué deporte practicas y te diré a qué clase social perteneces?»
–Ahora no, antes sí. Hombre, para jugar al golf tienes que ser de un club y eso cuesta bastante dinero. No es como en Inglaterra donde hay muchísimos campos de golf a los que puede ir cualquiera, paga cuando sale a jugar y ya está. Aquí sí, sobre todo en el golf, creo que es muy elitista, muy de tener dinero.
–Pues Esperanza Aguirre ya ofrece esa posibilidad en la Comunidad de Madrid…
–Pues me parece fenomenal porque ella es muy aficionada y yo creo que quiere que todo el mundo tenga la misma afición.
–¿Y qué deporte le recomendaría a una mujer elegante?
–Es que yo tampoco recomendaría tanto tanto ejercicio. ¿Tú has visto alguna deportista que tenga muy buena cara? Pues no, están todas con una cara de agotadas, marcadas y feísimas. Sin embargo, las que no hacen nada están divinas de la muerte.
En primera persona
«Nací en León en el año 48 porque mi madre es leonesa, pero a la semana me fui a San Sebastián, aunque durante una temporada vivimos en La Rioja. Estoy viuda, no tengo hijos. Me siento orgullosa de ser una mujer que por mí misma, no por ir colgada del brazo de ningún hombre, ni por ser la hija de, he conseguido tomar las riendas de mi vida, a partir de un momento muy difícil que tuve cuando murió Guillermo... No soy de arrepentirme y de lo que me arrepiento prefiero guardarlo para mí. Perdono siempre, aunque me humillen, en cuanto alguien me lo pide, y también olvido y es lo que le recomiendo a todo el mundo… A no ser que hayan matado a un familiar tuyo, como en el caso del terrorismo: eso no hay que olvidarlo ni perdonarlo. Valoro la lealtad, la gente que cumple la palabra dada y la bondad, y detesto la mentira, la mediocridad y la envidia. Soy perseverante, autoexigente, divertida y con ganas de vivir la vida. Me gusta beber agua, coca cola light, a veces champán rosé y me encanta todo lo que sea dulce y lleve hidratos de carbono. Si volviera a nacer sería yo misma… pero con hijos. Aunque no sé lo que es tener hijos, a estas alturas ya no los añoro. Tuve uno que se murió con tres meses y luego tuve un embarazo muy complicado, y aborté y después ya no pude tener más…»
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