Londres

«Cuando gana no le duele»

Nadal clamó a los cuatro vientos, con la mirada seria: «¡Siempre igual, cuando gana no le duele!». Destapó entonces una botella de agua con mala leche. «Pero yo voy a seguir aquí peleando», añadió. Rafa acababa de ganar un tercer set increíble en la final del Abierto de EE UU, una manga que merece un lugar entre las mejores de la historia.

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El mensaje, el grito, era para su rival, Novak Djokovic, que pidió la presencia del fisioterapeuta por unos dolores en la espalda. El serbio, que tiene antecedentes en lo de parar partidos por lesiones repentinas, se había llevado los dos primeros sets, volvió a la pista y arrasó en el cuarto (6-2, 6-4, 6-7 [3/7] y 6-1), aunque es cierto que su servicio se vio resentido por los problemas en la espalda. «Ese parón me aplatanó, pero no es el momento de buscar excusas», reconoció después Nadal.

Por sexta vez, «Nole» superó al español en una final en 2011, y hoy aparece pletórico en lo más alto de la lista de la ATP, con 14.720 puntos, 4.100 más que Rafa. Pero en esta derrota hubo algo diferente. Nadal recuperó su mente, su espíritu, nada que ver con lo sucedido en Wimbledon, donde el español no fue él. «Me voy contento del partido que he hecho, sobre todo mentalmente.

Ha sido mejor que yo y hay que aceptarlo», continuó. Aceptarlo, pero no quedarse de brazos cruzados. Acabó dolorido y derrotado, pero con la sensación de que en un futuro la situación puede cambiar. «Nada es eterno y él no va a estar siempre al nivel de este año», dijo Nadal, consciente de que él también debe evolucionar para poder hacer frente al mejor jugador del momento: «Tengo un claro objetivo en el futuro y es ser mejor. Tendré que jugar más largo, más cerca de las líneas y sacar mejor. Debo hacer todo mejor para poder superarlo», añadió.

Ese tercer set que se llevó puede ser un punto de partida para los próximos encuentros, porque el año todavía no ha terminado: ambos jugadores coincidirán en los Masters 1.000 de París y Shanghái, en el Torneo de Maestros de Londres y posiblemente en la final de la Davis, en Serbia, lo que supondría el colofón perfecto a la temporada. Pero para que esto suceda, España debe superar este fin de semana a Francia en semifinales, y Serbia, a Argentina. Nadal llegó ayer a Córdoba para ayudar. Está cansado, pero... «Si no fuera porque represento a mi país, no haría el esfuerzo».


ASÍ JUGÓ NADAL ANTE DJOKOVIC
Colocación en la pista
Nadal intentó ser agresivo, pero Djokovic respondía a sus tiros y se metía en la pista, mientras el español se iba detrás de la línea de fondo. Así es difícil ganar al serbio. Rafa necesita sacar mejor para dominar desde dentro de la pista.

Físico
Djokovic demostró que está a la altura de Nadal en este sentido, si no un poco por encima. Fue un partido de mucho desgaste físico, pero el serbio hizo correr demasiado al español. Ambos jugadores llegaron con problemas a la cuarta manga, pero se notaron más en Rafa, que ya no podía ir a por todas las bolas.

Derecha y revés
La derecha paralela funcionó a la perfección en el tercer set. Es de los pocos tiros de Rafa que no encontraron respuesta en el serbio. El revés le dio puntos al golpearlo desde dentro de la pista, pero en los intercambios se le quedaba algo corto y permitía mandar a «Nole».

Mentalidad
Rafa recuperó su espíritu inquebrantable en la final de «Flushing Meadows» ante Djokovic. No le pesaron las derrotas anteriores y no perdió la concentración.

Saque
Uno de los problemas de Rafa. «El año pasado tuve mi saque, éste no», reconoció. Sólo ganó el 52% de los puntos que jugó con su primer servicio.