Chacón defiende un PSOE que no ejerza «tutelas» sobre sus federaciones

MADRID- A falta de contenidos, grandes diferencias o debates ideológicos, otra más de «acción-reacción» con algún ingrediente intoxicador. Quedan tres días para que arranque el 38º Congreso del PSOE, y los aspirantes a la secretaría general siguen igual que cuando empezaron esta carrera. Uno dice, la otra responde; una propone y el otro matiza… Los prolegómenos no darían más de sí de no ser porque los candidatos quieren hablar personalmente antes de la votación con cada uno de los 956 delegados. Y en ello están. Entre charla y charla, intoxicaciones de ambos lados, tantas que es imposible saber quién va por delante en este maratón por el liderazgo socialista. El equipo de la catalana decía ayer que «no podemos decir que perdemos cuando nuestros datos nos sitúan por delante». El del cántabro: «Tenemos una ventaja mínima de 120 delegados». Ésta es la versión más suave de ambos bandos; pero las hay mucho más ácidas, las que tienen que ver con presuntas zancadillas o juegos sucios que unos ven y otros dicen desconocer. Nada que no haya ocurrido antes en una batalla interna por el poder socialista: que si Zapatero no es tan neutral como dicen; que si González ha irrumpido en la escena para evitar males mayores; que si uno quiere blanquear su pasado a toda costa; que si la otra reniega del suyo y lo pagará; que si el cántabro cuenta con el apoyo incondicional del diario de referencia del PSOE, que si los tentáculos de la catalana llegan a todos los medios de comunicación... ¿Tiene todo esto algo que ver con la política y la renovación ideológica que precisa el PSOE? No parece. Pero si lo desean apuesten por uno de los dos aspirantes, y háganlo rápido, porque pronto sabremos a quién no le salieron bien las cuentas o quién no sabía sumar.

Mientras lo piensan, sepan que la que fuera ministra de Defensa ratificó ayer que, si es elegida secretaria general del PSOE, lo primero que hará será hablar con Rubalcaba para pedirle que continúe en la dirección del partido, y negó que sea ésta una argucia electoral, tal y como insinuó su rival el día anterior: «La táctica nunca he sido yo», afirmó en declaraciones al programa «Al Rojo Vivo» de la Sexta, donde también dijo que hay una «ola de energía» para levantar el partido.

Por la tarde, la candidata defendió un modelo de partido que no ejerza «injerencias» ni «tutelas» sobre las federaciones para que con su «autonomía política» puedan «empujar» al socialismo. Chacón hizo un llamamiento a defender el socialismo frente al modelo del PP, precisamente en una comunidad que, a su juicio, ejemplifica, tras 16 años de gobierno, el «gran fracaso» de los populares, informa Efe.

Rubalcaba, por su parte, reconocía ayer que esta semana empieza a sentirse «más animado» y que «igual» la ventaja del Real Madrid sobre el Barcelona, en la Liga de fútbol, «es un anticipo de lo que pase en el congreso» de Sevilla. El aspirante a la Secretaría General del PSOE respondía así a una pregunta de los periodistas sobre si sentía que él también tenía una ventaja de siete puntos sobre Carme Chacón y, entre bromas, respondió que «nunca» hablaba de fútbol, pero que «lo del Barcelona debe empezar a preocupar a los culés».

García-Page confirma que no se presenta
El secretario provincial del PSOE en Toledo, Emiliano García-Page, confirmó ayer que no se presenta como candidato a ocupar la Secretaría General del PSOE, algo que, bajo su punto de vista, «resulta evidente», a pesar de que otros le han dicho que juega «al ratón y al gato» en torno a esta decisión. García-Page declaró, a preguntas de los medios durante la visita a unas obras municipales, que «si hubiera querido» presentarse como candidato «hubiera podido recoger avales en el Comité Federal», ya que es miembro y ha tenido «infinidad de gente que ha estado desde el primer momento empujando en esa dirección». Sin embargo, el secretario provincial cree que «las cosas están suficientemente difíciles para el país» y «la crisis económica es suficientemente aguda como para que el PSOE» no se mueva «dentro de un escenario de mayor certidumbre posible», y según García-Page, esto es lo que él busca, «que haya certidumbre y consenso».