Historia

Miami

Concha Velasco hará una antología de sus musicales por Jesús Mariñas

Concha Velasco triunfa en Madrid con «La vida por delante»
Concha Velasco triunfa en Madrid con «La vida por delante»larazon

Ahora se habla de momento cumbre de los musicales de Broadway y la verdad es que Madrid sobrevivió a épocas mejores sin las ínfulas actuales. Inolvidable resultó una temporada, a principios de los 60, donde las carteleras capitalinas unían a Celia Gámez en «¡Buenos días, amor!» enfrentada a «La parrichola» de Nati Mistral con un reparto excepcional y Marujita Díaz haciendo «Kiss me, Kate».

Con Celia entonces debutaron José Luis Coll y María Martín. Ahí hizo sus primeras armas coreográficas Ricardo Ferrante. Nadie la superó en cuarenta años de primerísima figura, lo sabemos quienes tuvimos la suerte de verla, con montajes únicos y compañías donde Luisa de Córdoba alternaba con Florinda Chico o Manolito Díaz y Pepe Bárcenas, su cómico casi en exclusiva. Eran tan famosos sus enfados como el que marcó época en unos premios en Miami a cargo de Raphael y Rocío Jurado. Después mantuvieron las formas perdidas aquella noche de Betty Pino de la que fui testigo, lo que se dijeron...

En España ha habido dos grandes antologías de la revista: Celia y su «Estrella trae cola» y esa «Por la calle de Alcalá» de Montesinos, donde Esperanza Roy demostró ser heredera de la irrepetible Celia. Y mientras Lina no se decide a reaparecer apoltronada y con lógicos miedos ante libretos insustanciales, Concha Velasco proyecta recopilar los mejores momentos de sus incursiones protagonizando musicales. Puede sonar a destiempo porque ya no es la pizpireta a la que Closas ofreció «El cumpleaños de la tortuga». Lo mejor de Concha fue «¡Mamá, quiero ser artista!», dirigida por Montesinos. Con Margot Cottens, Valladares y un principiante Manuel Bandera abarrotó los teatros de España. Pero sin dejar huella, como también le ocurriría con «¡Carmen, Carmen!», magníficamente montada, porque Marsó se los gastaba, «Truhana»y el desmesurado «¡Hello Dolly!» donde perdieron hasta las pestañas. Resultaba incomparable con la neoyorquina de Carol Chaning, el mexicano de Silvia Pinal o las versiones argentinas de Libertad Lamarque y Nati Mistral. Era un montaje chirriante de las impactantes melodías, de ahí la desbandada.

Bien está volver la vista a tiempos mejores, como el proyecto producido por Focus compartido con José María Pou. Carol Channing revisó «¡Hello!» hasta hace poco, ya septuagenaria. Y Celia se mantuvo firme porque el físico le ayudaba. Y aunque el público español es menos mitómano, tal recopilación puede funcionar si se colocan recuerdos donde falten juventud, simpatía o facultades.