Castilla y León

OPINIÓN: A la caza del pillo

La Razón
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En los tiempos en que la televisión ya mira a internet, no como hace poco, que era al revés, no es de extrañar que la red de redes siga ganando espacio. A través de ella, llegan cosas deslumbrantes. Sesgadas, pero interesantes. El caso es que ayer mismo, alguien me mandaba un correo electrónico con un caso en el que la afectada se quejaba de que no accedía a ciertos beneficios. Era una trabajadora social, en concreto, que atendía a familias a las que no les compensaba ir a trabajar porque percibirían ayudas más o menos por el mismo importen, pero sin dar un palo al agua. Curiosamente, eran extranjeras. Todos conocemos casos. Pero, hace apenas unos días, una mujer me comentaba el caso de una compañera de trabajo suya, también foránea, con hijos menores al cargo, que había dejado de trabajar para percibir una ayuda social y ciudar a sus pequeños. Algo que no podría hacer en su país de origen. Se lanzan mensajes ambiguos, criticables o no, por ser políticamente incorrectos, pero que ponen el dedo en la llaga. No, no hay que llevarse las manos a la cabeza. Hay que atrapar al pillo. Pero, verán, si las administraciones, causantes de mucha de la picaresca que existe a estas alturas del paseo, no ponen coto a los pícaros -que de esos los hay nacionales y extranjeros-, esto va a tener que reventar por algún sitio. Porque, ya me dirán de donde sale la cantidad de dineros que mueven el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos -estos, por encima del resto, cada vez menos-. La gente se cansa. Pero, tranquilos todos, los errores se pagan.