La tortura en el libro de estilo de ETA

Los 15 guardias civiles juzgados desde ayer en San Sebastián por supuesto maltrato a los etarras que volaron la T-4, Igor Portu y Mattin Sarasola, durante su detención y traslado, han sugerido que las lesiones que sufrieron los terroristas se produjeron durante su arresto, al que se resistieron violentamente. Sin entrar a valorar las razones del tribunal para dar curso a estas acusaciones, conviene recordar que la denuncia de torturas forma parte del libro de estilo de ETA. Y esta vez no es una excepción.

La tardía denuncia de la presidenta del TC
La presidenta del TC fustigó ayer a la clase política por la desidia en relevar a su debido tiempo a los magistrados que habían agotado sus mandatos. La denuncia es razonable, pero María Emilia Casas no tiene autoridad para arrogársela: ella misma se benefició de esa desidia, burlada con una reforma muy discutible de la ley, en vez de negarse a la componenda y dimitir.

El régimen marroquí pierde el control
La muerte de un adolescente saharaui, acribillado a tiros por la Policía marroquí en oscuras circunstancias pone de manifiesto que Rabat está muy lejos de gestionar el problema del Sahara con acierto y respeto a los derechos humanos. Si el «caso Haidar» fue una muestra de la arbitariedad y el estilo feudal con que el régimen alauita trata a quienes considera sus súbditos, este nuevo episodio pone en entredicho la política de un Gobierno habituado al chantaje y la amenaza.