Europa

Zamora

Iker la garantía

La Razón
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Es un tópico, aunque también verdad, que los grandes equipos comienzan por el portero. No se puede montar una solvente espina dorsal del conjunto si no empieza en la seguridad del guardameta. La calidad del cancerbero se refleja en la actitud de los defensas. Cuando estos miran hacia atrás es, sencillamente, porque desconfían de quien guarda la meta. Si siempre tienen la mirada puesta en el centro del campo es evidencia de que se sienten bien respaldados.

Iker Casillas es, desde el primer día, el cancerbero que proporciona a los defensores la mayor sensación de seguridad. Los zagueros, en ocasiones, pueden permitirse alguna alegría porque tiene conciencia de que un fallo suyo será remediado por quien está detrás.

La historia el Real Madrid está orlada de grandes guardametas. Antes de que llegara Zamora, a Hernández Coronado le tuvo que mandar un recado Alfonso XIII para que se dejara marcar un gol en un partido jugado en la Academia de Toledo.

Los más veteranos vieron a Bañón y los más jóvenes han admirado a Miguel Ángel o García Remón y al argentino Domínguez, quien llegó para ganar copas de Europa. Tampoco se puede olvidar a Buyo y cualquiera puede añadir a la lista a una docena más de excelentes jugadores. Sin embargo, me resulta muy difícil comparar a Casillas con cualquiera de los ilustres colegas que en el club ha tenido.

Casillas es el seguro del equipo. Cuando los defensas cometen algún error queda detrás el salvador. Al Atlético le ganó él más que los otros diez puestos en fila. Ningún título llegará sin su sello.