Un tribunal condena al padre del asesino de Winnenden que mató a 15 personas

Los jueces sentenciaron que el empresario de 52 años es culpable de 15 casos de homicidio involuntario y 14 casos de lesiones graves involuntarias por dejar al alcance de su hijo y sin cerrar bajo llave la pistola que el joven utilizó para cometer el múltiple crimen.

El 11 de marzo de 2009, Tim K. asaltó el colegio Albertville de Winnenden, donde mató a balazos a nueve alumnos y tres profesoras, antes de iniciar una huida que se alargó durante horas y en la que mató a otras tres personas, para suicidarse en la cercana localidad de Wendlingen cuando se vio acorralado por la policía.

Tras cinco meses de proceso, los jueces asumieron prácticamente la solicitud de pena hecha por los fiscales, que habían solicitado un castigo de dos años de cárcel, aunque también en régimen de libertad vigilada.

La defensa del empresario había pedido la libertad sin cargos para el hombre y alegado que él mismo y su familia también sufren las consecuencias del múltiple crimen cometido por su joven hijo.

Aficionado al tiro deportivo y con un arsenal de armas en casa, todas legales, el condenado compartía su hobby con su hijo, pese a saber que el adolescente tenía graves problemas psicológicos y que recibía una terapia por ese motivo.