Sevilla
Una puñalada mortal para comprar la dosis
La víctima se negaba a entregar el dinero de una paga que el asesino le había estado reclamando.
SEVILLA- «Se veía venir porque las riñas eran continuas y los dos hermanos siempre estaban enfrentados». Así resumen el asesinato que ha consternado al Polígono Norte sus propios vecinos, que insisten, cuando hablan con los periodistas, en que este homicidio «no debe empañar» la «recuperada» imagen del barrio. «Esta calle –Carmen Díaz– es tranquila; unos metros más allá sí hay problemas de droga», relata, preocupada, una vecina en alusión a la vía Hermano Blanco, donde el menudeo sigue siendo una constante.
Precisamente la droga es el móvil que baraja la Policía Nacional para explicar por qué Agustín B. R., de 56 años de edad, asestó presuntamente varias puñaladas a su hermano José Luis cuando éste se encontraba en la cama. A José Luis se le había aprobado recientemente una paga. Su hermano, a la postre quien le quitó la vida, le había estado pidiendo dinero que iba a emplear en comprar droga.
Se trata de una hipótesis de investigación con la que ya trabaja la Unidad de Homicidios de la Policía, que sí revela dos datos importantes: que los dos hermanos implicados tenían antecedentes penales y que el presunto agresor ya había amenazado en varias ocasiones anteriores a su hermano. En una ocasión, según declararon quienes los conocen, Agustín ya propinó una puñalada «debajo del pecho» a José Luis sin consecuencias fatales. La víctima «decía continuamente que su hermano lo iba a matar cualquier día y ese día ha llegado», indica un vecino del número 23 de la calle Carmen Díaz.
El asesinato, que se produjo durante la noche del jueves, culminó una vida de malas relaciones entre hermanos e hijos de una misma madre que sufría por ello. En el momento de la muerte, esta mujer no se encontraba en el piso. Los vecinos subrayaron ayer que la madre era «muy buena gente» y que «estará destrozada» tras lo sucedido.
El presunto homicida se encuentra detenido en los calabozos de la Comisaría de Blas Infante, a la espera de que un juez le tome declaración y decrete su posible reclusión en la cárcel. Hasta aquí llegó tras haber permanecido toda la noche ingresado en el hospital Virgen Macarena por unas heridas. La madre también recibe atención psicológica.
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