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La bella secuestrada

La bella secuestrada
La bella secuestradalarazon

No estaba desaparecida, aunque más de uno se habrá preguntado dónde se había metido después de ganar el título de Miss España en noviembre. Andrea Huisgen Serrano, una barcelonesa de 21 años, ojos verdes y 1,80 metros de altura que se está preparando para conquistar el título de Miss Universo, es diplomática acerca del tema, pero se rumorea que podría haber pedido la «carta de libertad» que la exime de sus obligaciones con el certamen. La falta de trabajo y de solvencia podrían ser los motivos de esta situación, aunque los organizadores lo niegan. Ella es «la miss secuestrada».

–¿Qué balance hace de este tiempo?
–Muy positivo. Ni en el mejor de mis sueños imaginé que iba a poder empezar tan alto en el mundo de la belleza, que siempre ha sido mi pasión.

–¿Le está sacando el rendimiento que esperaba?
–Por encima de todo, mi objetivo en este momento es el concurso de Miss Universo. Estoy trabajando duramente con la intención de hacer el mejor papel posible. Por lo tanto, estoy encantada de haber conseguido el título de Miss, que es el que me ha abierto las puertas a ese sueño.

–¿Ha vivido algún disgusto desde su coronación?
–En absoluto. Ni me he llevado disgustos, ni me he arrepentido nunca de haberme presentado. Al contrario. Todo lo que ha ocurrido en mi vida desde el pasado noviembre ha sido positivo. De no haber ganado, sin duda alguna hubiera vuelto a presentarme.

–¿Se siente bien tratada por los responsables del certamen, por los medios de comunicación, por sus compañeras…?
–Por supuesto. Estoy encantada con toda la gente de la que me he rodeado después de mi elección. Sobre todo, con mis compañeras: sigo teniendo contacto con la mayoría de ellas a través de las redes sociales Facebook y Twitter.

–¿La crisis económica afecta también a Miss España?
–Imagino que me afecta a mí como a todos, ni más ni menos. De todos modos, el hecho de ser Miss España te da ciertas ventajas porque te abre más puertas.

–A cambio, tiene que sobrellevar la fama. ¿Le cuesta?
–Lo único que se me hace todavía un poco raro es el hecho de que me reconozcan por la calle. Yo siempre he sido una persona discreta, centrada en mis estudios, mi familia, mis amigos… De la noche a la mañana, la historia cambió y he dejado de ser una chica anónima, lo que me sigue resultando extraño, aunque soy consciente de que forma parte de mi trabajo.

–¿Y qué hay de los admiradores masculinos? Seguro que se le acercan muchos pretendientes.
–Ahora mismo estoy centrada en mi trabajo, pero evidentemente una siempre está abierta al amor y nunca se sabe si el hombre de tu vida va a aparecer a la vuelta de la esquina.

 –¿Con qué sueña en estos momentos?
–Con el concurso de Miss Universo, sólo con eso.

–Si consiguiera el título, ¿hacía dónde le gustaría encaminar sus pasos?
–Si lograra la corona de Miss Universo, me trasladaría a vivir a Nueva York durante un tiempo y, después, volvería a España, donde me gustaría encontrar un hueco en el mundo del espectáculo y, en especial, de la televisión.