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Marta Ortega podría instalarse en Barcelona por Jesús Mariñas

Marta Ortega podría instalarse en Barcelona por Jesús Mariñas
Marta Ortega podría instalarse en Barcelona por Jesús Mariñaslarazon

Mientras Marta y Sergio apuran su luna de miel en Australia, como publicó «Lecturas», marcando así un gol informativo a «¡Hola!», crece el runrún sobre la posibilidad de que la pareja se instale en Barcelona. Acabo de ver a pie de calle el «penthouse» construido sobre el edificio Santa Eulalia, al lado de los apartamentos Majestic, donde Maribel Verdú disfruta de las buenas críticas de su estreno teatral dirigido por José María Pou, aunque el público parece no celebrar la ironía del texto americano. Al menos de momento, pero llegará, como la reivindicación de José Tamayo, que, ahora, desde donde esté allá en las alturas, acaso se sorprenda al ver recuperada su mítica «Antología de la Zarzuela», por la que en tiempos mejores desfilaron y cantaron desde Caballé con Carreras, a Alfredo Kraus, protagonista inolvidable de «Doña Francisquita». Trabajó en esta obra junto a Ana María Olaria y una Inés Ribadeneyra que todavía pasea por los aledaños castizos del mercado de San Miguel, ya superado en presentación y contenido por el visitadísimo de San Antón.

Volviendo al tema de Marta, aseguran que vivirá con su marido en el corazón del Paseo de Gracia después de que Amancio Ortega se hiciera con el edificio que fue centro de la alta costura catalana, vecino al Maes que bordaba los saris de la Begun, casada con el obeso Aga Khan. «Discutía hasta el último céntimo», me contaba entonces su propietario, que recibía las ricas sedas desde Cannes. El todopoderoso de Zara también pensó hace tiempo instalarse debajo de lo que fue la Terraza Martini, dirigida por Ana María Bargone, donde se veía a todos los VIP que se visitaban Barcelona. Sus cócteles eran una cita imprescindible. El local que compró Amancio está entre el Paseo de Gracia y la Gran Vía. Es imponente, un mazacote ahora reconvertido en solicitado bloque de apartamentos. Pero es más arriba, en la casa de Santa Eulalia, a la que añadieron un remate cubierto de celosías aceradas para proteger su intimidad, donde podría montar su residencia la recién casada y tener de esta manera las principales tiendas de Inditex de la Ciudad Condal a su alcance.
Esto es lo que se rumorea desde el cercano Boca Grande, restaurante al que acuden Shakira y Piqué para probar las ostras francesas –alargadas y sabrosas, aunque yo prefiero las planas y redondas del Arcade coruñés–. Este lugar es lo más en la Barcelona actual, junto al menos céntrico «Dime», otra excelsitud gastronómica que me recomienda el más amigo que colega Josep Sandoval, que dentro de unos días presentará un libro en el que cuenta su relación con diferentes personajes famosos. Escocerá, pero con ternura. No será nada doméstico, sino que en él aparecerán nombres de altura, como su también amigo íntimo Gaultier, compañero de buenas juergas ibicencas como en tiempos lo fueron las de Bocaccio, que ahora recuerda Juan Marsé en un texto de 70 páginas. Supone una rareza casi inexplicable en la literatura de este charnego tan enraizado en Barcelona, que repasa la vida de Gabriel García Márquez , Vargas Llosa, Pomés y la Escuela de Barcelona, con Pera Portabella y Gonzalo Suárez a la cabeza. Solo faltaría Marta para completar el cuadro.