Crítica de libros

Un paraíso sólo para privilegiados

Construida a finales del siglo XVIII bajo el mandado de Carlos III, esta fortaleza sanitaria sirvió durante un siglo –de 1816 a 1916– para el control sanitario del tráfico marítimo que llegaba al puerto, en una época lastrada por las pestes y otras enfermedades comunes.

Abajo, la entrada al Lazareto, construida en 1817, a la que sólo se puede acceder por mar
Abajo, la entrada al Lazareto, construida en 1817, a la que sólo se puede acceder por marlarazon

Pese a su interés turístico, el acceso está restringido, no sólo para visitantes extranjeros sino para los propios menorquines. Sólo los privilegiados funcionarios de Sanidad disfrutan de su estancia, y no precisamente a un mal precio. Apenas quince días de alojamiento les cuesta entre 180 y 500 euros dependiendo del sueldo de cada funcionario. Una tarifa que incluye pensión completa, transporte en barca hasta Calasfonts, piscina, bares y restaurantes, y un sinfín de comodidades. En definitiva, un paraje tan idílico como inaccesible.