Barcelona

Masivo cierre de farmacias contra los impagos del Govern

Ocho de cada diez boticas secundan una huelga histórica. Aunque se ingresaron los primeros 90 millones de deuda, el agujero de Mas persiste

Muchos usuarios se encontraron con su farmacia habitual cerrada. Tan sólo 371 dispensarios, todos de guardia, abrieron para ofrecer los servicios mínimos. Salud cifró en un 70 por ciento el descenso en el número de ventas respecto a una jornada habitual.
Muchos usuarios se encontraron con su farmacia habitual cerrada. Tan sólo 371 dispensarios, todos de guardia, abrieron para ofrecer los servicios mínimos. Salud cifró en un 70 por ciento el descenso en el número de ventas respecto a una jornada habitual.larazon

BARCELONA- Del desconocimiento a la comprensión. Aunque muchos de los usuarios que se acercaron ayer a sus farmacias habituales ignoraban la jornada de huelga de las boticas, la mayoría consultada por este diario mostró su solidaridad con el paro. Una de las farmacias de la calle Major de Sarrià ofreció los servicios mínimos de la zona (sólo abrieron otras 370 más) y el goteo de usuarios fue continuo durante la mañana. Pocos clientes venían con la lección aprendida, y la mayoría había probado con una media de dos o tres locales hasta dar con uno abierto. Pese al paseo bajo la lluvia y las incomodidades que podían suponer, los ciudadanos apoyaron un paro «justificado» por los impagos del Govern.

La jornada fue histórica. El sector convocaba su primera huelga en el territorio y echaba el cierre a ocho de cada diez farmacias. Clausuras motivadas por el retraso en las facturas que la Generalitat debe abonar sobre las boticas y que está ahogando financieramente a un sector crucial para mantener la cadena del servicio sanitario.
A primera hora de la mañana, las farmacias acumulaban 273 millones de euros en facturas de los meses de julio, agosto y septiembre y el Govern todavía no había abonado los 99 millones de euros que debería haber pagado el pasado día 5, el pago que corresponde al mes de julio.

Aunque durante la jornada se empezaron a recibir los primeros 90 millones de atrasos que la Generalitat les prometió –gracias a que el Ministerio de Hacienda adelantó de forma inmediata la deuda el pasado martes a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)–, sólo 371 boticas abrieron para ofrecer los servicios mínimos y poder atender a 25.000 pacientes y dispensar 60.000 recetas.

Tal y como apuntaron fuentes del departamento de Salud, los efectos de la huelga fueron más que considerables. Las farmacias que estaban abiertas, un 12 por ciento del total, asumieron las ventas de medicamentos, que por la mañana se redujeron aproximadamente un 70 por ciento con respecto a lo habitual en un día laborable.
Pese al ingreso del Govern, el vía crucis de los farmacéuticos sigue abierto. Los trabajadores siguen sin ver un céntimo de los 183 millones que quedan por abonar respecto a las facturas que han tenido que abonar de los meses de agosto y septiembre (90 y 93 millones, respectivamente). Una deuda que ya ha provocado el cierre de 10 farmacias, sólo en Barcelona y otras 200 más han agotado su capacidad crediticia para solventar la deuda con los proveedores. Los despedidos y los ajustes de personal están a la orden del día.

 Todo apunta a que el próximo 5 de noviembre la Generalitat no pagará los 99 millones de euros del mes de agosto. El pago a 85 días que ofrece la Generalitat no se hará efectivo y el retraso agravará aún más las cuentas de las boticas.

Según explicó a la agencia Efe la secretaria del Consejo de Colegios de Farmaceúticos de Cataluña, Pilar Gascón, los farmacéuticos siguieron adelante con el paro, pese a la la transferencia, porque la huelga no persiguía sólo reclamar los atrasos de julio y agosto, sino dar «una señal de alerta sobre la sostenibilidad de la financiación del medicamento».

Los farmacéuticos reivindican que se constituya una mesa de negociación para buscar soluciones que garanticen la estabilidad de pagos al sector, lo que podría pasar por el establecimiento de un calendario para asegurar el abono de las recetas dispensadas a cargo de la sanidad pública.

Con el objetivo de conseguir que se asegurase la configuración de esta mesa de negociación con la Generalitat, casi medio millor de farmacéuticos se concentraron ante las puertas de la sede de la conselleria de Economia para protestar por el impago de las recetas de la sanidad pública dispensadas.

Los farmacéuticos, vestidos con batas blancas, enarbolaron ante el departamento pancartas con lemas con lemas como «Estamos financiando la sanidad pública».
Desde el Govern se escudaron en «haber hecho todo lo que se ha podido» y siguieron con la postura de no ofrecer soluciones.