Italia
Los cuarenta qué peligro
Dirigirse a audiencias cada vez más concretas se ha convertido en una de las estrategias para llenar las salas de cine. A Paolo Genovese, director y guionista de «Inmaduros», además, le ha funcionado. Con 2,6 millones de espectadores en Italia, esta comedia «ataca» a un segmento, el de los jóvenes de cuarenta años, con unas circunstancias nuevas que poco tienen que ver ya con el clásico plan de casarse y tener hijos. Sus dudas e inseguridades se convierten en el caldo de cultivo de un nuevo tipo de «teen movie» en la que sus protagonistas ya no cumplen los treinta.
Así, los personajes de «Inmaduros» representan diferentes arquetipos de la vida moderna: el que no quiere abandonar la comodidad de la casa paterna, el que tiene miedo a tener hijos, el que inventa una vida familiar para evitar el compromiso, la que intenta superar su adicción al sexo... y así, un grupo de siete amigos que se reencuentran para preparar su examen de graduación que ha sido invalidado. «Me interesa mucho esta generación; sus decisiones determinan un cambio de vida. Antes existían menos matices, la gente tenía un estilo de vida más uniforme. Ahora se dan situaciones completamente nuevas», explica el director, que estrena en agosto la secuela de esta cinta en Italia.
En busca de la identificación
Nominada a tres premios David di Donatello (los Goya italianos), Genovese atribuye el éxito a la originalidad de su película: «En Italia ha gustado porque es una comedia diferente. Las nominaciones que tuvo no son habituales en este género. Creo que la clave del éxito es que la gente se siente identificada porque se habla de los problemas de esta generación», añade el director.
El examen que todos se ven obligados a repetir también se convierte una disculpa narrativa para que Genovese introduzca otra cuestión existencial: el sentido de la vida. Aunque tendrán que hacer un examen con diversas materias, es la Filosofía la que ocupa la mayor parte de sus conversaciones: «No es algo arbitrario. Quería señalar el hecho de que cuando eres joven reflexionas mucho sobre el sentido de la vida. Sin embargo, cuando llegas a los cuarenta, todo esto se olvida. En mi opinión, debería ser al revés», asegura. La buena acogida de «Inmaduros» ha dinamitado los proyectos de Paolo Genovese, que, además de tener pendiente el estreno de la secuela de esta película, ya prepara otra inspirada en la española «Familia» (1996), ópera prima de Fernando León de Aranoa.
El síndrome
Si no fuera porque no es contagioso, se podría hablar de una plaga del síndrome de Peter Pan (debajo), un término perteneciente a la psicología popular que se ha convertido en una constante de las conversaciones de muchos adultos, sobre todo, entre aquellos que rechazan convertirse en adultos. «Inmaduros» no será la última cinta que hable sobre el tema. Y, si no, tiempo al tiempo.
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