Galiardo se casó un día antes de morir

Él sabía que se moría y quiso hacer realidad su último sueño. Juan Luis Galiardo se casó por lo civil con su compañera sentimental desde hacía doce años, la actriz María Elías, el 21 de junio, un día antes de su muerte. Era una boda muy deseada, y que se había aplazado varias veces, la última en noviembre del 2011, porque fue en ese mes cuando al gran actor le descubrieron un nódulo en el pulmón y tuvo que pasar por el quirófano. Pero la idea de casarse con la que él calificaba como «la mujer de mi vida» seguía en pie más firme que nunca, y la nueva fecha para tan especial acontecimiento fue fijada para el próximo 21 de julio, confiando en que la enfermedad que, finalmente, acabó con la vida de Galiardo pudiera ser superada.

El cáncer de pulmón que padecía Juan Luis estuvo a punto de dar al traste con su proyecto matrimonial. Por eso, hubo que adelantarse a los tristes acontecimientos que tuvieron su trágico final el viernes 22 de junio por la noche. Los médicos se dieron cuenta semanas antes de que no se podía hacer más de lo que se había hecho para salvar la vida al enfermo y se lo comunicaron a la familia. Juan Luis Galiardo fue ingresado en la Unidad de Cuidados Paliativos de la clínica madrileña de La Zarzuela y allí pasó su última semana de vida.

Aquel jueves 22 se celebró una emotiva boda. Alegre y triste al mismo tiempo, porque los recién casados sabían, aunque no querían demostrarlo en un momento tan especial, que ese matrimonio tenía escaso futuro. Pero Juan Luis quiso convertir en su esposa a la mujer que fue su apoyo, y que le había entregado todo su cariño durante doce años, que él siempre dijo que habían sido maravillosos.

En el tintero se han quedado otros proyectos, como la grabación de unas secuencias de la serie «Gran Hotel», en las que Galiardo compartiría escenas un tanto atrevidas con la actriz Concha Velasco. Ya buscan el modo de arreglar la trama para justificar la desaparición del personaje que ya empezó a interpretar el actor en los meses anteriores a su fallecimiento. El artista había confesado a sus amigos que tenía muchas ganas de rodar esas escenas, porque sentía un gran cariño hacia Concha y le causaba mucha curiosidad encontrarse con ella en una situación tan morbosa.

Devastadora enfermedad
Fue la oficina de representación de Juan Luis Galiardo quien informó de la muerte en un escueto comunicado en el que se explicaba que este adiós tan triste se había producido tras «una rápida y devastadora enfermedad». Su viuda, María, ha desvelado que su compañero de vida jamás pensó que se iba a morir, que luchó contra la enfermedad hasta el final de sus días y que tenía muchos planes de futuro. Era un hombre fuerte, lleno de ideas y con muchísimas ganas de vivir. No aparentaba sus setenta y dos años y, como cuentan sus amigos, «cogía siempre al toro por los cuernos, se crecía ante la adversidad, y ni en los peores momentos de su existencia estuvo tentado de tirar la toalla».

El mes de marzo pasado empezó con las sesiones de quimioterapia. Iban a ser cuatro, y otras diez de radioterapia. Pero durante la tercera sesión de quimio le bajaron demasiado las defensas y tuvieron que ingresarle durante casi tres semanas en un hospital por culpa de una infección pulmonar. Parece ser que fue entonces cuando descubrieron sus médicos que el tumor se había extendido dentro del pulmón hacia el lado sano. Tras una ligera mejora, fue dado de alta, pero la enfermedad empeoró muy rápido y ya no se pudo hacer nada por salvarle.
Hoy, desde su representante, Anabel Mateo, a su viuda, María, piensan que Juan Luis murió como hubiera querido morir: rápido y sin fuertes dolores. En su entorno profesional, tan sólo estaban al tanto de su enfermedad sus compañeros más allegados, los más íntimos. Para el resto del colectivo de actores, esta muerte ha sido tan inesperada como sorpresiva. Nadie podía llegar a pensar que Juan Luis Galiardo, un ciclón de la naturaleza en escena, que estuvo trabajando en el teatro (protagonizaba la obra «El avaro») y en la televisión casi hasta el final de sus días, fuera a despedirse tan pronto.

En la clínica La Zarzuela ha dejado una imagen de «enfermo ejemplar», de buena gente. Nunca se quejó más de la cuenta, y siempre demostró su entereza, su ilusión por la vida y su respeto por los demás. En apenas una semana, dejó allí un buen grupo de nuevos amigos que, seguro, le van a recordar con enorme cariño.

No extraña que, en estos momentos tan duros, María Elías quite mayor importancia a la boda, porque asegura con rotundidad que ella se sintió casada con Juan Luis desde el mismo día en que iniciaron una vida en común.

Un galán mujeriego desde que nació
Su fama de conquistador traspasó fronteras, incluso dicen que Sofía Loren se quedó fascinada de él después de trabajar juntos en «Blanco, rojo, negro». Pero fue tan mujeriego como discreto. Nunca dio nombres ni presumió en público de su éxito, sino más bien todo lo contrario. Aquellas que conseguían pasar una noche con el actor eran quienes solían comentarlo a sus círculos íntimos a modo de trofeo. A pesar de las múltiples leyendas que siempre han circulado sobre las amantes de Galiardo, incluso se habló de que Charo López (en la imagen superior) estaba locamente enamorada del artista, lo cierto es que han sido contadas las mujeres con las que él formalizó una relación. La primera fue Juana Prieto Martínez, con quien contrajo matrimonio y tuvo descendencia. Su diferencia de caracteres les obligó a separarse aunque mantuvieron una cordial relación por el bien de sus hijos. Tras la ruptura, él se mudo a vivir a «un piso de estudiante con lo imprescindible: una cama, cocina y una mesa. No tenía nada más», afirmó en una ocasión. También se habló de un posible «affaire» con María Luisa Merlo (en la imagen inferior) durante su estancia en México. «Siempre busqué en las mujeres a una madre y ellas en mí, al padre de sus hijos», comentó hace años.