Elecciones generales
ANÁLISIS: Dos millones de votantes socialistas en casa por Lorente Ferrer
La mayoría absoluta lograda por Aznar en 2000 se basó en una victoria del PP sobre el PSOE por 9,5 puntos de ventaja. La abstención fue del 31,3%, la segunda mayor registrada hasta entonces, sólo superada por el 32% de 1979. Los socialistas obtuvieron su peor resultado en 14 años. Más de un millón de sus votantes se refugiaron en la abstención.
Once años después se repite el ciclo. El 20-N marca un récord histórico en la abstención en este país, el 33%, motivado fundamentalmente por la abstención de aproximadamente dos millones de votantes del PSOE. Consecuencia de ello es el peor resultado electoral del PSOE desde 1977 y el mejor del PP. El PSOE es el partido más perjudicado por la abstención, puesto que aproximadamente dos tercios de los ciudadanos que votaron en las anteriores elecciones generales y que ahora no votarían, fueron electores socialistas.
A lo largo de todos los procesos electorales se ha establecido una relación entre alta participación y buenos resultados para el PSOE; claro ejemplo de ello son las elecciones de octubre de 1982 en las que el PSOE obtuvo su mejor resultado: 202 diputados. Aquella gesta se logró por darse el porcentaje más bajo de abstención en la democracia española; el 20%.
Durante los últimos dieciocho años la media de la abstención en España se sitúa en torno al 26,7%; las victorias por mayorías absolutas de los populares se producen precisamente en los años en los que la abstención supera esta media; 2000 y 2011.
Mientras que las victorias socialistas en este periodo han tenido lugar en escenarios en donde la abstención era inferior a esa media; 23,6% en 1993 o el 24,3% en 2004.
Las tasas de participación en las elecciones pueden dar la impresión de que hay una población de abstencionistas regulares cuyos efectivos estarían en aumento. Las encuestas indican al contrario que los abstencionistas crónicos son poco numerosos (entre el 12% y el 15% de los censados). La mayoría de los que son contabilizados como abstencionistas en una elección son pues de los votantes más o menos intermitentes.
El aumento de la abstención es consecuencia, principalmente, de una considerable mayor inestabilidad de los electores, que van alternando de manera variada las participaciones y las retiradas en las urnas.
Lorente Ferrer
Sociólogo
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