Conciliación

Paridas y paridad

La Razón
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Siete mujeres frente a nueve hombres. Adiós a la manida y falseada igualdad en el Gobierno. A ver si con un poco de suerte, la desaparición de la peculiar paridad –hipócritamente vendida como la panacea de todos los males que asolan a las mujeres–, se lleva también las paridas pronunciadas bajo su paraguas, tales como «me critican por ser mujer», «somos miembras, no miembros» o «en este partido no hay señoritas sino compañeras». A ver si las nuevas ministras son capaces de demostrar que están ahí por ser buenas profesionales y no sólo por tener un par de ovarios y otros tantos pechos. También cruzo los dedos para que la nueva ministra de Exteriores no recorra el mundo repartiendo perlas como las de hace unas horas cuando aseguraba que hoy se pueden tener relaciones sexuales sin necesidad de procrear. Muchas gracias, ministra, no sabíamos. No sé dónde ha estado viviendo esta mujer en los últimos años, pero prefiero pensar que ha sido víctima del conocido síndrome del día de la Marmota. Que dejen de recordar que son mujeres, de insistir en que son modernas, feministas y, según se empeñan en repetir, progresistas. Con que trabajen como tales, nos basta. Espero que el nivel mejore, la naturalidad se imponga y se dejen de paridas y paridades. Me comenta un mal intencionado que Moratinos ha sido el único que ha llorado en su escaño, porque si hubiesen moqueado De La Vega, Aído, Corredor o Salgado, alguna mujer se hubiese ofendido. Y lo malo es que no sé si es, o no, una parida.