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Caravaca de la Cruz

La Razón
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Ayer se cerró oficialmente el Año Jubilar de Caravaca de la Cruz con un balance a todas luces positivo. Positivo es que la economía local haya podido aguantar este complicado 2010 que dejamos atrás, y que en Caravaca de la Cruz ha servido para frenar el paro y mantener activo un comercio entorno a la efeméride designada a perpetuidad por la Santa Sede. Positivo también que los caravaqueños, hayan mostrado a la Región y al resto de España su cualidad humana y su capacidad de acogida. Y positivo, también, que el noroeste de la Comunidad se convierta en un lugar de peregrinaje y de turismo religioso mundial, pues eso constituye una referencia permanente que pone a Caravaca de la Cruz en el mapa de todos los viajeros. Caravaca de la Cruz cumple hoy su año, como una de las cinco ciudades santas del mundo y su peregrinaje queda abierto hasta el próximo Año Jubilar, lo que establecerá un puente entre los años santos de esta ciudad. Acaba el jubileo, pero empieza otro jubileo distinto. Con la debida autorización se podrán ganar las indulgencias otorgadas por Roma. Caravaca de la Cruz tiene ahora un recorrido espectacular, dado que el turismo religioso va a más en todos los rincones del mundo. No solo se trata de viajar a Caravaca. Se trata también de viajar a Caravaca, por lo que Caravaca significa, y eso es la Santísima y Vera Cruz que alberga una fragmento del Lignum Crucis en la que Cristo fue sacrificado por todos nosotros y nos abrió el camino de la fe y la esperanza. Caravaca tiene nombre propio por su singular acontecimiento, pero es de aprovechar también lo que eso significa y debe mejorar un montón de cosas que permitan que en el próximo Año Santo en 2017 la celebración se acerque a los dos millones de peregrinos. Es un reto, ya los sabemos, pero Caravaca tiene la fórmula para hacer de ese reto un faro permanente encendido a la luz de la fe y también del turismo que le acompaña, pero sobre todo, de la fe, porque a fin de cuentas ganar el jubileo es ganarse la gracia de Dios por esa fe. Caravaca debe abrirse también a más ambiciosos proyectos como lo han hecho hasta ahora otras ciudades santas como Jerusalén o Santiago. La fe mueve montañas y ayuda al caminante, Caravaca de la Cruz seguirá siendo un destino.