Egipto
Óscar Elizondo: «Lo peor fue ver a un niño asfixiado»
Óscar Elizondo no olvidará nunca lo que vio en el estadio de fútbol de Port Said. Cuando llegó al vestuario buscando refugio, varios jóvenes yacían muertos y decenas de personas se pegaban por entrar.
Elizondo es argentino, tiene 53 años y trabaja desde hace 13 meses como ayudante técnico del equipo egipcio Al Ahly, atacado por los hinchas del club Al Masry. Su testimonio apunta en la misma dirección que el de otros testigos del aciago partido disputado en Port Said. «Cuando salimos a calentar vimos una pancarta que decía: ‘Os vamos a matar, ni el Gobierno lo va a parar'. Había un ambiente muy tenso. No fue el clásico enfrentamiento entre dos bandas rivales».
–¿Piensa que alguien del Gobierno toleró la matanza?
–No lo sé, hay algo raro. Un seguidor ultra que ha ganado 3-1 no recorre 200 metros para matar al rival. Además, hubo un momento que apagaron las luces y cerraron las puertas del estadio. No había escapatoria.
–¿No les protegieron las fuerzas del orden?
–Había dos policías en la puerta del vestuario, muy pocos para lo que estaba pasando.
–¿Le agredieron?
–Me dieron cuatro patadas en el culo. A la cuarta me caí, pero me levanté sin mirar atrás y seguí corriendo. Lo peor fue ver cómo moría un niño asfixiado en el vestuario.
–El fútbol en Egipto se vive con una gran pasión.
–Ver un partido en un campo egipcio es impresionante, un espectáculo que no se ve ni en Europa. Las hinchadas corean y cantan durante los 90 minutos, a veces se insultan, pero cuando termina el partido todos se respetan.
–¿Y por qué esta violencia en el campo del club Al Masry?
–Sus ultras son agresivos y, además, el fútbol está cambiando desde el comienzo de las revueltas y la caída de Mubarak. Los jóvenes quieren que la Junta Militar se vaya. Fútbol y política se han mezclado, por desgracia.
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