Dos adioses por Julián García Candau

Los dos partidos de hoy son oración, despedida y cierre, como antiguamente cerraba sus programas Televisión Española. Son dos encuentros casi fuera del calendario. Al Barcelona le queda decir adiós en Heliópolis frente al Betis, que no tiene nada que temer. Ambos equipos pueden jugar sin que les acucien grandes compromisos. Los béticos aspiran a despedirse sin otra preocupación que comenzar a pensar en la próxima temporada. Para el Barça, el mayor interés reside en el hecho de que Messi acabe como máximo goleador, por encima de Cristiano, quien ha sido durante toda la campaña su gran adversario en esta función.
El partido del Barça tiene en común con el del Valencia, en Anoeta, el hecho de que los dos entrenadores se despiden. Guardiola acaba su misión en la Liga y a Emery, a quien todavía quedará el compromiso de los bolos de junio, ya le han dado la boleta en Mestalla y su adiós, por ironías del destino, está en su punto de partida. Afortunadamente para él, Anoeta no es su final profesional, sino el término de la etapa valencianista.
Ambos partidos permiten jugar sin nervios, y por ello, con el intento de practicar buen fútbol y hasta dar oportunidades a futbolistas con futuro. En la Real queda conciencia de que, como suele ocurrir, su mañana será más halagüeño dado que los jóvenes de la plantilla serán jugadores más asentados en la categoría. Los equipos como el donostiarra, que tienen que echar mano de la cantera como fundamento, corren con los riesgos de la inexperiencia.
Posdata. Mañana habrá fiesta en el Bernabéu. Florentino Pérez ha logrado lo que quería. Enhorabuena.