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Medida ejemplar
Me encanta la contundencia de nuestro Gobierno a la hora de tomar medidas eficaces donde las haya. Valga como ejemplo eso de enseñarle al personal a través de facturas para la contemplación, que no para el pago, lo carísima que es la sanidad pública. Vamos que estoy yo completamente convencida de que, cualquiera, sólo con saber que un parto sale por los 2.000 euros va a agradecerle más su tarea al médico… O incluso que hay quien, simplemente por conocer que un trasplante del corazón se acerca a los 100.000, va a empezar a cuidarse más, no por su salud, sino para evitarle el gasto a la Seguridad Social. Retintines aparte, a mí el tema didáctico me parece estupendo… Pero debo decirle a la ministra que desde luego en casa, con el tema de los dineros, no me funciona nada bien. O lo que es lo mismo: que a mis hijos les preocupa poquísimo lo que cuestan las cosas porque saben que las pago yo. Así que, si el hecho de plantearse empezar a enseñar lo que cuesta la sanidad es el antecedente de un copago –que nos hace muchííííísima falta– y sirve como justificación y para que el asunto se entienda, vale. Pero si de verdad lo que esperan nuestros sapientísimos dirigentes es que nos concienciemos y vayamos menos al médico al saber lo caro que es, aunque no vayamos a soltar un duro, es que conocen poco el carácter español y la picaresca nacional…
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