Rajoy pide paso

Madrid- El PP tendrá que acoplar su argumentario de campaña al nuevo escenario político que deja la confirmación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no será el candidato en las próximas elecciones. A los populares les venía bien que la controversia sobre el futuro de Zapatero se prolongase cuanto más mejor, porque no necesitaban hacer oposición para desgastar las siglas del PSOE: «Ellos solos se bastan para lanzar una imagen de partido desconcertado y sin ni siquiera una hoja de ruta para gobernar su casa», comentaban.
Por eso, el anuncio del «adiós» de Zapatero les obliga a cambiar moderadamente el paso. Fuentes de la dirección popular sostenían ayer que el escenario sigue siendo «muy malo» para el PSOE, pero también admitían que «es el menos malo» que se le presentaba. Génova cree que, en cualquier caso, el desenlace del Comité Federal del PSOE es un refuerzo para dar por terminada y por perdida la Legislatura y para insistir en el lema de las elecciones anticipadas en otoño, aunque internamente no crean que ésa vaya a ser la salida. Su discurso está ya perfilado: el responsable de la crisis no es Zapatero, sino las políticas socialistas, es decir, todos los «barones» y el partido en su conjunto. El PP paseará por toda España el mensaje de que da igual que esté Zapatero, Rubalcaba, Chacón o quien sea, porque la política seguiría siendo la misma y sus resultados también, «los casi cinco millones de parados».
«Aquí no hay ningún debate ideológico ni de propuestas. Nadie cuestiona públicamente lo que ha hecho Zapatero, y lo único que hay es un movimiento táctico para disminuir los daños electorales de la mala gestión política», según un veterano miembro del Comité de Dirección del PP. Dicho esto, oficiosamente en el PP también reconocen que el movimiento de Rodríguez Zapatero puede ser eficaz para maquillar en las municipales la distancia en intención de voto que las encuestas dicen que hoy separa a los dos principales partidos. Hasta ahora las elecciones locales siempre han estado muy ajustadas, ya que se mueven en una lógica distinta a la de unas generales. Si el PSOE salva la cara, y mantiene, que ésa es la clave, Castilla-La Mancha, el PP cuenta con que por delante le espera un calendario en el que tendrá que dar una vuelta de tuerca a su estrategia, ya que el protagonismo recaerá en el PSOE y en su proceso de primarias. Va a ser muy importante que esas primarias sean ordenadas o se conviertan en una pelea de gallos, y eso se verá en cuanto pasen los comicios de mayo.
Aun con esa incógnita, en el PP dan prácticamente por imposible que el PSOE pueda remontar en las encuestas hasta el punto de volver a ganar las generales. Del nuevo escenario también hay que tener en cuenta que hablar de un límite de ocho años y de primarias tiene su lectura interna en el principal partido de la oposición, aunque las buenas perspectivas electorales, ese convencimiento en la victoria en las generales que sigue siendo generalizado, pongan sordina a ese debate.

«El PSOE será un circo»
Ayer los «primeros espadas» empezaron ya a replicar al nuevo escenario político. Lo hizo la secretaria general, María Dolores de Cospedal, en Valencia. Y lo hizo también la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, en Santander. Las dos en la dirección de señalar a las siglas del PSOE, y no a Zapatero, como las responsables de la crisis y del desempleo.«El PSOE va a ser un circo de apuestas; veremos a muchos peleándose por mandar mientras que en España no gobernará nadie», afirmó Sáenz de Santamaría. También criticó que «todos esos socialistas que hoy aplauden la retirada de Zapatero y se pelean por mandar han aplaudido todos estos años sus errores, uno tras otro». «Así ocurrió cuando empezó a gastar tanto que dejó un agujero del 9% de déficit, y le aplaudieron cuando para tapar ese agujero decidió subir los impuestos, y le aplaudieron, o cuando vio que también caía la economía y congeló las pensiones, aplicando el mayor recorte social», manifestó.