Nueva York

Obama advierte: «El peligro todavía no ha terminado»

El estado de Vermont, en la frontera con Canadá, se encontró ayer con la peor inundación de los últimos 80 años mientras los equipos de reconocimiento recorrían el estado de Massachusetts para calcular la dimensión de lo devastado por el huracán «Irene» en toda Nueva Inglaterra.

Una carretera inundada en las islas Hatteras, en Carolina del Norte
Una carretera inundada en las islas Hatteras, en Carolina del Nortelarazon

Mientras tanto, la ciudad de Nueva York volvía a la normalidad a pesar de que su red de transporte funcionó ayer parcialmente, mientras 100.000 usuarios seguían sin electricidad.
En total, unos 5,5 millones de hogares y negocios sufrieron cortes en el suministro de la luz desde Carolina del Norte –donde «Irene» entró el sábado– hasta el estado de Maine.
Probablemente se tarden días en recomponer el sistema eléctrico. «Llevará tiempo recuperarse de una tormenta de esta magnitud. Los efectos se sienten todavía en buena parte del país, el peligro aún no ha terminado», reconoció Barack Obama.

En Nueva York, los vuelos se reanudaron en los tres principales aeropuertos lentamente mientras que la Bolsa retomó su actividad. El metro y los autobuses urbanos de la ciudad volvieron a dar servicio aunque muchas líneas quedaron interrumpidas debido a que las vías estaban inundadas o bloqueadas por árboles caídos. Al menos 21 personas han muerto en Norteamérica por el huracán, a las que habría que sumar tres víctimas mortales en República Dominicana y una más en Puerto Rico, cuando el huracán todavía se encontraba en el Caribe. La última víctima fue una mujer que murió tras ser arrastrada por un río en Vermont. «Irene» no ha provocado la devastación esperada pero ha dejado muchos hogares dañados por las inundaciones, especialmente en New Jersey. Muchos ríos del noroeste han sufrido crecidas considerables y se han desbordado. Una de las primeras tareas está siendo devolver la electricidad a los casi 4 millones de hogares que se quedaron sin ella.

Los daños económicos ocasionados por «Irene» en Estados Unidos podrían situarse entre los 1.000 y los 4.000 millones de dólares, según Efe, aunque algunos consultores privados elevan esa cifra hasta los 10.000 millones. La reconstrucción será muy costosa para los presupuestos de las maltrechas economías de muchos gobiernos locales y estatales. «Ha sido un golpe, pero no ha sido un golpe fatal», dijo Joseph Seneca, un profesor de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad Rutgers de New Jersey.

La precandidata a la presidencia por el Partido Republicano, Michelle Bachmann, afirmó ayer que el huracán «Irene» es un mensaje de Dios para que se recorte el gasto público. Posteriormente, su equipo de comunicación matizó al decir que sólo había sido una broma de la republicana. Reuters