Valencia

Los sindicatos se van de puente

UGT y CCOO son los «ninots indultats» de esta crisis que lleva tres años golpeando a la sociedad española. 

La Razón
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Méndez y Toxo, los barandas de UGT y CCOO, han decidido que este año la «manifa» central del 1º de mayo se celebre en Valencia. La explicación no deja de tener su gracia. A partir de ahora, dicen, cada año se elegirá la capital de una comunidad autónoma por aquello de la descentralización y la España plural. Lo gracioso es que cuando el número de parados roza ya cifras de escándalo, la comunidad elegida para iniciar esta nueva etapa de cómicos de la legua sea una en la que gobierna el PP con mayoría aplastante y, además, sea de las más prósperas. Quizá se trate de tocar un poquito los bemoles a Francisco Camps y a Rita Barberá en vista de que no hay manera de desalojarlos del poder con las urnas. Ya se sabe que UGT y Comisiones son lo más parecido a una correa de transmisión del actual Gobierno socialista a pesar de sus críticas con sordina y sus huelgas de cartón piedra. Por eso no se ha elegido Andalucía donde los treinta años de PSOE ha generado paro y corruptelas en forma de ERE fraudulentos y amiguismo al por mayor. Pero aquí no se trata de denunciar la política económica de Zapatero y su Gobierno, sino de hacer la puñeta al PP. Además Valencia para pasar el puente tiene muchos atractivos. La playa de la Malvarrosa, un arroz en La Pepica y para terminar la jornada festiva unas copas en las terrazas junto al mar. Para eso los sindicalistas de UGT y CCOO son los ninots indultats de esta crisis que lleva tres años golpeando a una parte importante de la sociedad española. Ellos siguen recibiendo sus suculentas subvenciones, y en la Andalucía del paro no hay dinero para muchas cosas, pero sí para contribuir a la hucha sindical que es de las pocas que está a reventar. Ya veremos en que se queda este primero de mayo después de ver el fracaso rotundo de las huelgas de meses atrás. Seguro que Méndez y Toxo mostrarán su gran satisfacción, pero la realidad será otra muy distinta porque quienes están sufriendo la crisis en sus carnes tienen las venas del cuello hinchadas de indignación al ver como los sindicalistas, llamados de clase, se han convertido en una casta superior gracias a los impuestos de todos y no de las cuotas de sus afiliados. Hace ya tiempo que los primeros de mayo han perdido su valor reivindicativo porque quienes reivindican están instalados en el machito y no renuncian a ninguno de sus privilegios mientras al resto de los mortales se les exige sacrificios cada día. Méndez, a quien se le llegó a conocer como el cuarto vicepresidente por su apoyo al Gobierno, quiere rendir un nuevo servicio a los suyos dándole una cacerolada a quienes han llevado a la Comunidad Valenciana a su mejor momento. Y después de las cacerolas, los pucheros, las cañas y el tinto de verano. Cuántas familias españolas, en este caso madrileñas, porque el lunes es fiesta en su región, querrían poder costearse ese planazo que han preparado para ellos y sus liberados, los secretarios generales de UGT y Comisiones.