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La Constitución y el Rey por MANUEL FRAGA

La Constitución y el Rey por MANUEL FRAGA
La Constitución y el Rey por MANUEL FRAGAlarazon

La Constitución española vigente, a diferencia de las anteriores (desde la famosa «Pepa» de Cádiz), a pesar de sus duros comienzos, ha tenido la fortuna de consolidarse y durar. Es evidente que todos fuimos conscientes de la difícil oportunidad que se nos presentaba, pero también de la enorme responsabilidad de no lograr un acuerdo que nos hiciese volver a las andadas. Ese acuerdo de base se logró entre las fuerzas políticas, y en todo momento con la comprensión y ayuda del Rey. Cuando estaba la cuestión en la fase de la Comisión, que siguió a la ponencia, en el Congreso de los diputados, un político conocido y experto, López Rodó, se fue a la Zarzuela, a ver al Rey, y le dijo que, en su opinión, el Rey tenía pocos poderes; el Rey le escuchó, y no hizo nada. Eso le permitió conservar plena autoridad moral, cuya eficacia se vio un famoso día 23 de febrero.

Lo cierto es que tenemos una Constituciónen muchos aspectos original: fue elaborada (caso único) por unas Cámaras no elegidas para hacer una Constitución; por dos Cámaras, y no una sola (como la totalidad de las demás); por un Senado en el que había importantes escritores, como el ilustre Premio Nobel Camilo José Cela, preocupado por el vocabulario más que por la norma.

La verdad es que nuestra Constitución ha logrado una efectiva vigencia; ha soportado un intento de golpe de Estado, con ocupación militar de los centros de poder; y que, con partes más logradas que otras, ha dado lugar a un periodo de desarrollo económico y social sin precedentes.

La parte más discutible es el intento de hacer un Estado con autonomías políticas, administrativas y lingüísticas, que la historia juzgará, y que es bastante arriesgado, lo expuse y reiteré durante la ponencia, sigo creyéndolo y creo que el tiempo me ha dado la razón. Estamos a tiempo de enmendarlo, así como de organizar de una vez la Cámara Alta, el Senado. Pero no es dudoso que los 30 años son la prueba de que hay un principio que puede y debe completarse y consolidarse. Todos los que hemos puesto las manos en ello lo celebraremos y esperamos verlo. El Rey completará su obra y todos le ayudaremos.