España
Menú para una crisis: hambre
El ocio es uno de los sectores que más ha notado la crisis económica, ya que, desde 2008, el ahorro y la austeridad familiar lo ha borrado de sus gastos fijos. Pero, después de tres años, sus efectos han alcanzado lo más elemental: la alimentación.
La ONG Intermón Oxfam publicó ayer un informe que advierte sobre cómo el aumento del precio de los alimentos está cambiando los hábitos alimentarios en todo el mundo. Dentro de nuestro país, más de dos millones de personas pasan hambre, el cinco por ciento de la población. Además, uno de cada tres españoles reconoce que no come lo mismo que hace dos años. «El dato es preocupante y demuestra que la crisis internacional tiene un impacto muy importante en España», afirma Teresa Cavero, directora de Estudio de Intermón. La organización apuesta por dos factores clave que motivan este encarecimiento: la subida del precio del petróleo, y por tanto del transporte, así como el impacto del cambio climático.
En la misma línea, el pasado lunes, Cáritas, Cruz Roja y la Federación Española de Bancosde Alimentos alertaron de que la ayuda alimentaria que Europa destina a los más desfavorecidos puede reducirse el año que viene en España en un 75 por ciento, una situación que afectaría a más de 1.700.000 personas.
Otro factor importante es la repercusión directa de los precios en la elaboración de la cesta de la compra, ya que, si hace un par de años la calidad del producto era esencial, ahora prima el precio. Este aspecto ha cobrado protagonismo y ha elevado el prestigio de las marcas blancas, que, con la crisis, han reforzado su liderazgo. Gestionar la economía familiar se ha convertido en un quebradero de cabeza y, como explican desde la Fundación E-Consumer, «el cambio de actitud es evidente. Por ejemplo, antes el usuario compraba carne de buey por su calidad, pero ahora optan por el pollo porque su precio es mucho más bajo». Los consumidores buscan un precio de referencia interesante y lo contrastan con otros. Aunque, entre dos productos similares siempre optan por el más barato. Otro aspecto que refleja el cambio de conducta es la asiduidad con la que se acude a los comercios. En E-Consumer también han comprobado que las visitas se han incrementado pero que se compra menos que hace dos años. «En la mayoría de los casos acuden cada día pero compran muy pocos productos. Esta postura está más vinculada con un trasfondo psicológico que con ahorro real», añaden.
El informe de Intermón Oxfam en el que han participado más de 16.000 personas también destaca que la pizza, el pollo y la pasta son los alimentos favoritos en la mayoría de los países, junto con lo platos nacionales. En España los preferidos son los que incluyen arroz, pasta, huevos y carne. La pizza ocupa el quinto puesto del ránking.
El patrón de la comidas actual se aleja de la dieta mediterránea que «cuando mejor se cumplió fue en los años 60», asegura la directora de proyectos de la Fundación Española de Nutrición (FEN), Emma Ruiz. Pero, la crisis no es la única causa del deterioro de nuestra alimentación. Hace años que no comemos como deberíamos y que «abusamos de carnes y derivados, así como de productos elaborados que antes no existían», explica Ruiz. A pesar de que desde hace unos meses la dieta mediterránea es Patrimonio de la Humanidad, el cambio de la oferta, el prestigio de ciertos productos e, incluso, la amplia variedad de la que disponen los ciudadanos, han ocasionado un cambio en nuestra conducta alimentaria, que «se ha modificado notablemente en los últimos 40 años, alejándose del modelo tradicional mediterráneo», como apunta un informe de esta asociación. El aumento del nivel de vida no ha ayudado a mejorar nuestra dieta. Al contrario. El cambio de la oferta y la amplia diversidad de los productos nos ha llevado a comer peor.
Lula da Silva: «Yo también pasé hambre»
l Los países en desarrollo son los más perjudicados por el alza de los precios. Según Intermón, en Kenia, el 76 por ciento de la población ha modificado su dieta. Por ello, el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva, y el actor Gael García Bernal participaron ayer en un debate internacional sobre esta cuestión. «Como muchos brasileños yo también pasé hambre», afirmó el político.
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