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Víctimas de la «piratería»

Creadores, distribuidores y comerciantes celebran la victoria para los derechos de autor

Víctimas de la «piratería»
Víctimas de la «piratería»larazon

Braulio Llamero
Escritor de cuentos infantiles. Puso su libro «El beso del tiempo» en internet por menos de 3 euros. Ha sufrido el pirateo

«Al estar gratis, las ventas se reducen a cero»

«No soy autor de tiradas millonarias o tan conocido como para que perciba los efectos concretos de un eventual "pirateo"de mis obras. No obstante, sé que alguno de mis libros para niños estaba pirateado y alojado, por cierto, en Megaupoload, el sitio cerrado por el FBI. Frontalmente, sólo he notado ahora sus efectos, al publicar una de mis novelas, ‘‘El beso del tiempo'', como e-book de Amazon y comprobar que pocos días después estaba disponible gratis en muchos sitios de descarga, pese a venderse por menos de 3 euros y a que yo mismo la había ofrecido gratis durante un par de días. El efecto ha sido fulminante: las ventas de la novela se han reducido a cero», cuenta el escritor Braulio Llamero. Lleva publicando libros desde 1988, sobre todo, literatura infantil: «Los niños quieren color e ilustraciones, y eso aún no pueden ofrecerlo los lectores electrónicos. No creo que libros como los míos haya sufrido de modo especial. Sólo me he topado con la "piratería"ahora, cuando he querido explorar el mundo de los ebooks mediante otro tipo de literatura».
Ha descubierto que el cambio del libro físico al digital no es tan sencillo como parecía: «La ‘‘piratería'' impide precisamente lo que estaba intentando: tantear ese nuevo mundo, repleto de promesas para la Literatura del siglo XXI, que es internet y los e-books»
Y se ha enfrentado: «Por ir por los foros lamentándome del ‘‘pirateo'' de mi novela, no han dejado de tildarme de antiguo, carca y poco menos que lacayo de la SGAE. Lo que mola, lo joven, lo ‘‘guay'' es decir que la cultura es de todos».


M. Morales
Director de la distribuidora Wanda, creadora, además, del portal Filmin.es, donde se pueden descargar películas legalmente
«Mis hijos son los únicos que no se bajan nada»

El cine ha sido uno de los que más ha sufrido la «piratería»: «Bajamos de 100 millones de espectadores en España, cuando teníamos 140 millones de 2008», asegura Miguel Morales, director de la distribuidora Wanda visión. Con el «biopic» de Margaret Thatcher «La dama de hierro» sufrieron el penúltimo caso de copia ilegal. Se estrenó al mismo tiempo en España y en Inglaterra y enseguida apareció la película digital «pirata», hecha en España. Descubrieron el cine y la sesión donde se había hecho la copia, pero no pudieron hacer nada. Miguel tiene que soportar cómo el «pirateo» es habitual y general: «Me sienta muy mal que lo hagan amigos muy cercanos y lo vean como natural. Socialmente está aceptado. Mis hijos están desesperados: son los únicos que no se bajan nada y les miran como bichos raros». Según Miguel, se estaba llegando a una línea roja para la industria: «La progresión que llevábamos era para tener miedo. Cada vez quedamos menos distribuidoras y las salas lo pasamos peor. Con la ley, más que aire para nosotros, empieza a llegar la brisa».


Ana María Torres
Dueña del videoclub Maykas, cerca de Madrid. Antes regentaba cuatro, ahora tiene sólo dos. Lleva 25 años en el negocio.
«Ajustamos gastos y despedimos a gente»

Ana María sólo piensa en resistir. Es, como su compañera Lucía (en la foto, a la izquierda), dueña de un videoclub. Bueno, tiene dos, aunque antes «eran cuatro y no ha sido por la crisis mundial que todos estamos viviendo. Nuestra crisis empezó muchos años antes; de hecho, este sector esta viviendo dos: una, la provocada por la "piratería"y otra, la que está viviendo el resto del mundo». Con esas dos tiendas pretende seguir sin fechas límite, «ajustando los gastos, despidiendo a gente, e intentando que el público vea que venir al videoclub tiene unas ventajas que no puedes conseguir por internet y, sobre todo, cuidando mucho a mis clientes». A ellos y a los que no lo son les ha intentado explicar que no todos los que viven de la cultura son los cantantes o actores famosos, «que otros tienen un sueldo normal». Como ella, que defiende la actualidad de los videoclubs: «Lo que hay es mucha desinformación, la gente no reclama la digitalización de la industria, sino su gratuidad. Casi todos es gratis y fácil de conseguir».


Fernando Arias
Dueño de la tienda de música «Mordiscos» en Alcobendas desde julio de 1985
«Tengo que trabajar en otras cosas»

Antes se iba a las tiendas de música, se miraban los discos, se compraban. Hace diez, doce años, todo cambió: «A partir de 2000 comenzaron a bajar las ventas; al principio, tanto los medios de comunicación como la propia industria achacaban el descenso al "top manta", pero lo que en realidad estaba empezando a crecer eran las descargas de internet», cuenta Fernando Arias, dueño de la tienda de música Mordiscos, en Alcobendas, al lado de Madrid. «La piratería me ha afectado en cuanto al trabajo e ingresos se refiere y, por lo tanto, a mi vida personal también. En la tienda hemos llegado a necesitar a 4 personas en las épocas de mayor venta y dos durante el resto del año. Ahora estoy solo. Ante la bajada de las ventas he diversificado la oferta con accesorios, siempre relacionados con la música, como camisetas, pero, por otro lado, debo ganar dinero y compatibilizo la tienda trabajando como fotógrafo ‘‘freelance''».
Fernando lamenta que todos hayan reaccionado tarde: «En vez adaptarnos y de aliarnos utilizando estas nuevas herramientas, hemos luchado frontalmente contra nuestros propios clientes; así se ha creado esta imagen cutre que tenemos ahora».