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Bautizo en Marsella por José Antonio Vera

La Razón
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Rajoy se estrena en Marsella en una cumbre del PPE que sirve de antesala a la reunión del Consejo Europeo. Momento crucial en la historia de la Unión, que ha de salir reforzada de esta encrucijada en la que nos jugamos el futuro del euro y de la misma UE. La solución que plantean Merkel y Sarkozy hay que aceptarla porque no cabe otra en estos momentos. Se impone una autoridad permanente de la moneda única y, con ella, una fiscalidad común y normas generales. Es decir, criterios inamovibles en lo que se refiere a la seriedad a la hora de respetar el tope de deuda y el objetivo de déficit. El que no lo acepte se autoexcluye y se expone a sanciones. Están invitados a participar en este Club los diecisiete miembros de la moneda común, y por añadidura los demás, aunque si los diez restantes no están por la labor de sumarse a la velocidad del euro, los miembros del sistema monetario estarán capacitados para seguir a su ritmo, invitando a los restantes a que se unan cuando quieran.

Parece lo más lógico ante esta incertidumbre. No puede ser de otra manera, por otra parte. Hay demasiados riesgos en el escenario actual y es de locos pensar, como proponía Rubalcaba en campaña electoral, que planteemos una moratoria en nuestros pagos. Los mercados no entienden de sentimientos, simplemente mueven el dinero según vean mayor rentabilidad o seguridad, dependiendo del momento en cada caso. Si España paga, nos dejan tranquilos. Si nos empeñamos en endeudarnos, nos penalizarán cobrándonos más por el dinero que nos prestan.

Rajoy se estrena en Marsella y Europa se la juega en la cumbre del Consejo Europeo. Demasiadas decisiones para tan poco tiempo.