Bruselas
«Nos asusta perder patrocinios pero tenemos empresas en el banquillo»
«La austeridad, llevada al extremo, puede ser perjudicial». «En este país se improvisan proyectos»
VALENCIA-Han pedido a los galardonados este año con el Jaime I (reciben la medalla este miércoles de manos de la reina Doña Sofía) que donen parte de los 100.000 euros con los que está dotado el premio. ¿Tan mal está la ciencia? ¿Cuánto daño les han hecho los recortes?
-Los de personal son los que más daño hacen. Los jóvenes que se dedican a la ciencia son los más empollones. No quieren ser millonetis, solo cierta continuidad. Pero emprenden una carrera muy larga y arriesgada tras la cual no ven continuidad. Llega un momento en que si se lo ponen muy difícil, mandan a paseo la profesión y se meten en la industria, se ponen a dar clase, o se van de España. Solo necesitan saber que si lo hacen bien, no corren riesgo. Y eso no ocurre ahora.
- ¿Solución?
-Priorizar. Si tienes que recortar, recortas, pero habría que salvar algunos gastos estratégicos. Si se recortan un poquito más algunas otras prestaciones... En investigación y tecnología se invierte poco, mientras tanto tenemos sacralizadas la educación, la sanidad o los servicios sociales. De ahí sí que se puede recortar y sacar lo suficiente para no dañar un mundo tan pequeño como es el de la ciencia.
-Decir eso en un momento en el que la calle se llena de manifestaciones por la defensa de esos derechos no resulta muy popular.
-Es que depende de qué quites y cuánto. No se necesita recortar demasiado en eso para salvar la I+D.
-Propone un trasvase de presupuesto.
-Claro. Para mí eso es priorizar. Hay medidas, como por ejemplo el copago, que implican financiar y no recortar. Parte de la irritación de la calle está justificada, pero otra parte está alimentada por el descontento general, la crisis... y se culpa muchas veces a quien no tiene culpa.
-¿Cuánto dinero sería suficiente?
-Quizás no habría que aspirar a tanto como Alemania o EE.UU, porque entonces... En este país se empiezan los proyectos por el edificio y no por el equipo humano, que sería lo lógico. Se improvisan proyectos. También es verdad que los fondos estructurales han venido muchas veces ligados a las infraestructuras y España los ha gastado con un criterio que no estaba bien diseñado desde Bruselas. Hicimos magníficas instalaciones y luego no tenemos recursos humanos para rentabilizarlas.
-¿Y qué hacemos con ellas? ¿las vendemos?
-Bueno... Y si no, alquilarlas.
-¿Buenos platós y malas películas?
-Algo de eso hay. A veces empezamos por dar satisfacción a los colectivos que están dentro y que piden más espacio y luego: «las empresas ya vendrán». Y es justo al revés.
-Esas empresas han sido clave en la supervivencia de los premios, y más tras los recortes de las aportaciones de la Generalitat valenciana. Pero la iniciativa privada tampoco atraviesa el mejor de los momentos.
-No.
-¿Les asusta perder..?
-(Interrumpe tajante) Sí.
...patrocinios?
-Nos preocupa más que nos asusta mantener un proyecto de 25 años. Estamos muy agradecidos a los que nos han ayudado, a los que aún lo hacen y a los que lo harán en un futuro. Las empresas hoy tienen no solo la visión de ganar dinero, sino también tienen una responsabilidad social corporativa.
-¿A qué puertas están llamando?
-Don Santiago (Grisolía, presidente de la Fundación Premios Rey Jaime I) es irreemplazable. Todos le abren las puertas, así que cuando nos dicen que no, es que realmente no pueden. No nos gustaría sostener un premio sin patrocinador o crear un nuevo galardón y encontrarnos sin recursos. Nos pasó con el de Urbanismo.
-¿Se recuperará el próximo año?
-De momento no se ve posible.
-¿Y prevén que desaparezca algún otro? Me refiero concretamente al de Economía, patrocinado, entre otros, por Bancaja y el Consejo de Cámaras, entidades en dificultades.
-Digamos que estamos ligeramente preocupados. Es verdad que algunas instituciones no tienen recursos.
-¿Y hay empresas en el banquillo?
-Hay empresas en el banquillo. Pueden ser colaboraciones esporádicas con motivo de nuestro 25 aniversario.
-Anunciaban «algo grande» para esta ocasión. Una pista.
-No nos saldremos del guión, que se basa en los buenos jurados. Intentaremos atraer a alguna personalidad de alto nivel. Pero sin grandes dispendios, que no está el horno para bollos.
-¿A qué se debe tan escasa representación femenina entre los premiados y en el jurado?
-La ciencia, al contrario que la Sanidad o el Derecho, no se ha feminizado. Eso no se puede cambiar de la noche a la mañana, pero no me cabe la menor duda de que en diez años habrá muchas. Nosotros hacemos un esfuerzo por buscarlas. Y cuando las encontramos, no las ponemos de florero. Las cuotas no me parecen adecuadas.
-Organiza la Fundación de Estudios Avanzados. En los tiempos que corren hay mucho que estudiar, pero luego parece que los que deben seguir sus recomendaciones no les hacen mucho caso.
-A veces sí. Puedes intentar mejorar a una persona y estar empeorándola sin saberlo.
-¿Es lo que están haciendo ahora con la economía española?
-Hay quien opina de ese modo, que las medidas de austeridad en lugar de ser la solución, van a agravar el problema. Yo no estoy seguro. Creo que se necesitaba austeridad, pero llevada a un extremo puede ser perjudicial. Lo que estamos dejando de hacer ahora es porque antes nos lo gastamos. Pedimos dinero prestado sin acordarnos de que teníamos que devolverlo.
-¿Pecamos de inocentes?
-Pecamos de inconscientes. Hay quien se metió en líos que no le hacían ninguna falta.
-¿Se refiere a los Gobiernos o las familias?
-Hablo sobre todo de lo privado.
-¿A ustedes también les debe dinero la Generalitat?
-Sí, pero los impagos no repercuten en los premiados. La Generalitat se porta bien dentro de lo que cabe, pero somos parte de los damnificados. Se reduce el presupuesto que destinan a los premios y además, tardan en pagar, y esas dos cosas, dañan.
-¿Las reformas educativas afectan al futuro de los científicos?
-Esta reforma trae la intención de mejorar la calidad. Lo que hay que hacer es cambiar los criterios de selección. Todas las universidades no tienen por qué tener el mismo nivel. En el futuro visualizo una España con unas universidades de primera, segunda y de tercera.
-¿Las públicas también?
-Sí. Es que están así en todo el mundo. No todas deben tener premios Nobel. Algunas sí, que es donde deben ir los mejores.
-Esperanza Aguirre instauró el Bachillerato de Excelencia y se lió.
-Es que el igualitarismo está reñido con la excelencia y la ciencia.
Grisolía evangelista
Él, que fue un cerebro en fuga, pone desde hace años sus conocimientos al servicio de la Fundación que maneja Santiago Grisolía. «Yo estoy con él mientras él esté», responde cuando se le pregunta por el sucesor del profesor. «Es un evangelista de la ayuda a la ciencia (...) Tenemos Grisolía para rato (...) Se ha convertido en un símbolo de los premios y los quiere como nadie», son algunos de sus elogios hacia el científico.
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