Estreno

«Jane Eyre»: Amor empapado en locura

Dirección: Cary Fukunaga. Guión: Moira Buffini, según la novela de Ch. Brönte. Intérpretes: Michael Fassbender, Mia Wasikowska, Jamie Bell. Gran Bretaña, 2011. Duración: 120 minutos. Drama.

La Razón
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«Jane Eyre» formaría excelente programa doble con las «Cumbres borrascosas» de Andrea Arnold. La película de Cary Fukunaga es el contraplano de la transgresión de las formas románticas que acomete la directora de «Fish Tank»: aquí el respeto por la dimensión literaria de la atracción del abismo romántico es absoluto, aunque sin olvidarse de su pictoricismo panteísta, en el que el hombre es una ruina, un relámpago, una ráfaga de viento. ¿Cuál es la aportación de la enésima versión de la novela de Charlotte Brönte? ¿Acaso demostrar la modernidad de los clásicos? Quizá la innegable fuerza de la película dependa exclusivamente de la interpretación de los protagonistas: Michael Fassbender y Mia Wasikowska nunca quieren recordarnos que hubo un Orson Welles y una Joan Fontaine en la piel de Rochester y Jane Eyre. Es muy bello el modo en que la contemporaneidad del trabajo de los actores dinamiza la evocación de una época sin traicionarla. Fukunaga ha minimizado el tormento dickensiano de su heroína –su etapa en el orfanato ocupa un par de flashbacks– acentuando el feminismo que encarna. Y con este amor empapado de locura, que tensa la cuerda entre el rechazo que guía la pasión y el encendido deseo de ser un espejo para el otro, Fukunaga ha hecho una adaptación ejemplar, tan respetuosa con el texto como creativa con sus posibilidades.