Austria

Europa nos pone a 600 por Daniel Pingarrón

Gran número de inversores piensan que las posibilidades de ruptura del euro van en aumento. Muchos no apuestan por activos de riesgo, como es la deuda española

La Razón
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La prima de riesgo española supera los 600 puntos, marcando nuevos máximos históricos. Este comportamiento sorprende especialmente al considerar el reciente paquete de ajuste de hasta 65.000 millones anunciado por el Gobierno (que eleva sustancialmente las posibilidades de cumplir los objetivos de déficit) y la validación definitiva del rescate bancario (del que el Estado es responsable por el momento).
Analizando los motivos que están provocando este fortísimo (y casi insoportable) deterioro en el «spread» de nuestra deuda, debemos considerar factores no sólo domésticos, sino también europeos y mundiales. Empezando por estos últimos: parece evidente que la actual desaceleración de la economía mundial invita poco a que los inversores apuesten por activos cíclicos y de riesgo (donde deben clasificarse los títulos de deuda española).
Los motivos nacionales, a su vez, se dividen principalmente en dos aspectos diferenciados, que tienen como hilo conductor la desconfianza. De un lado, el paquete de ajuste planteado por el Gobierno debía haberse concentrado al 100% (incluso, al 120%) en una reducción del gasto, y no pretendiendo subir los ingresos a través de una mayor presión fiscal (la ponderación del aumento impositivo va a alcanzar hasta un 60% del ajuste). De esta manera, además de no haber limitado el potencial de crecimiento de la economía, se garantizaba un control sobre el ajuste (reducir gastos es mucho más seguro que aumentar ingresos).
Por otro lado, sigue preocupando mucho la situación de las comunidades autónomas, con llamadas constantes al desacato, amenazas de incumplimiento, recursos judiciales sobre invasión de competencias, etc., mientras Valencia ya se ha acogido a la ayuda del Gobierno para refinanciar su deuda.
Pero, seguramente, las razones más poderosas de este castigo provienen de Europa. La referencia métrica que se utiliza para establecer la cuantía de la prima de riesgo (la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años) alcanza un nuevo mínimo cada día. Y no sólo la deuda alemana: en estos momentos, la curva de tipos de cinco países de la eurozona (Alemania, Finlandia, Austria, Holanda y Bélgica) tiene algún tramo en rentabilidad negativa (sobre todo, en el más corto plazo). A este hecho ha contribuido en gran medida la supresión de la remuneración de los depósitos bancarios del BCE, que ha provocado una fuga de los capitales depositados pertenecientes a la banca acreedora del eurosistema (precisamente, la banca de los países cuya deuda presenta rentabilidad negativa) hacia esos Tesoros, considerados como los más seguros.
La realidad es que un gran número de inversores piensa que las posibilidades de ruptura del euro van en aumento. De esta manera, la apuesta se encamina hacia una mayor apreciación de la deuda más segura de Europa. En caso de fragmentación de la divisa común, esa deuda pasaría a estar denominada en nuevas divisas muy apreciadas frente al euro (como los hipotéticos nuevos marcos alemanes), lo que justifica estas inversiones.
Las enormes divergencias entre el norte y el sur de Europa ponen de manifiesto que no se está actuando con la suficiente determinación y celeridad para revertir estos movimientos completamente ineficientes.
Hace escasas semanas, en la última cumbre de líderes europeos, se acordaron medidas que sí suponían un paso importante en la superación de la crisis de deuda, como permitir que el ESM compre deuda bajo presión en mercados primarios y secundarios, rescindir su estatus de acreedor preferente, permitir que la ayuda concedida a los bancos sólo sea responsabilidad de éstos, avanzar en una unión bancaria y en la integración fiscal, además de favorecer políticas de crecimiento.
Pero, a la hora de la verdad, los problemas en pasar a la práctica todo eso no han tardado en aparecer, agravados por comentarios que aumentan la confusión, y con un Banco Central Europeo que no se muestra dispuesto a colaborar en la transición hacia un escenario de mayor viabilidad.
El rescate total de España (de 400.000 millones adicionales) y su posterior contagio a Italia (posiblemente de 700.000) serían inabordables para la eurozona, hecho conocido por todo el mundo. Así pues, aunque la solución parece evidente, ésta no parece cercana.

Daniel Pingarrón
Estratega de mercados de IG Markets