The Raveonettes cierran con éxito los conciertos gratuitos de la plaza Odissea

Algo tienen los conciertos gratuitos que, o se convierten en míticos, tipo Simon & Garfunkel en Central Park, o son totalmente anodinos y nadie los presta mucha atención. Digamos que el concierto de The Raveonettes, la noche del sábado en la plaza Odissea del Maremagnum, no se pareció en nada a Simon & Garfunkel. Después de tres noches de conciertos, que han traído a la ciudad a una buena representación del universo independiente nacional, de Pauline en la Playa a Dorian, Single, Los Punsetes o Triángulo de Amor Bizarro, había muchas esperanzas puestas en el grupo escandinavo. El resultado final, casi tan decepcionante como perder en la semifinales de la Champions.El concierto comenzó con incógnitas debido a la lluvia que amenazaba con aguar la fiesta. Sin embargo, The Raveonettes consiguieron que su ruidismo pop asustse hasta las nubes. Lastrados por un pésimo sonido, que impedía distinguir los matices de rock con clase de la banda dentro de su distorsión, The Raveonettes se mostraron fríos, contagiados de la indiferencia del millar de personas que llenaban la mitad de la plaza. Sólo éxitos como «Love in the trashcan» o «The sonic» consiguieron subir el nivel de una buena banda que pierden mucho al aire libre.