Querer y poder

Lo ha escrito muy bien Fátima Báñez en las páginas de este periódico: la salida de la crisis empieza por un cambio de política económica que destierre el problema que más preocupa al ciudadano, el paro. La diputada, una de las mejores cabezas del equipo económico del PP, desgrana las medidas que pueden conseguirlo. Solo con un liderazgo fuerte y un programa de reformas valientes, España saldrá de su mayor letargo político y social. Una etapa en la que, bajo la huella de Zapatero, todo ha sido conflicto.

Nada en calma. La cruda realidad de los hechos, frente a demagogia barata. En su primer foro monográfico de campaña, Mariano Rajoy ha vuelto a realizar un discurso en clave de presidente La contraposición del PP como generador de empleo, frente a las tremendas cifras de paro de los gobiernos socialistas, no es un simple eslogan electoral. Es una evidencia palpable, que recuerda otros tiempos de crecimiento económico, pujanza empresarial y diálogo social.

A día de hoy, el votante escapa de ideologías trasnochadas. Quiere, ante todo, tener trabajo, pagar su hipoteca, la educación de sus hijos. No hay peor estado de bienestar que la imposibilidad de lograrlo.

Cuando un líder político pide la confianza de los ciudadanos, su discurso ha de girar entre dos premisas: querer y poder. Es la hoja de ruta de Rajoy, un dirigente serio, sin veleidades, con unos cuadros bien formados. En este inicio de cambio, el PP desea transmitir la imagen de que, a pesar de las enormes dificultades, se tienen ganas y se puede, con esfuerzo, salir del túnel.