Hollywood

CRÍTICA DE CINE / «La cosa»: Ripley llega a la Antártida

Director: Matthijs van Heijningen Jr. Guión: Eric Heisserer y John W. Campbell Jr. Intérpretes: Mary Elizabeth Winstead, Joel Edgerton, Ulrich Thomsen. USA/Canadá, 2011. Duración: 103 min. Terror.

«La cosa»
«La cosa»larazon

Era allá por 1982, y John Carpenter conseguía otra vez dejar clavado del susto al patio de butacas con «La cosa», un notable filme de terror ambientado en la Antártida e inspirado, a la vez, en la referencial «El enigma de otro mundo» (Christian Nyby, 1951), donde un equipo de expedición encuentra a un extraño ser enterrado en el hielo. Bien; ha llovido y nevado mucho desde entonces, habrán pensado en Hollywood, y todos nos hemos hecho mayores, de ahí que algún productor listillo decidiera ahora desempolvar la historia en forma de precuela (¿y por qué no llamarla «remake», que sería más exacto?). Pero los tiempos han cambiado y «Alien» (1979) sigue pesando en las entrañas de la ciencia ficción, de ahí que esta vez los investigadores noruegos están liderados por una mujer, que actúa como una autoritaria Ripley aunque no muestre nunca la ropa interior y le falten las narices de aquélla. Los oscuros pasillos de la base recuerdan, también, a los de la nave espacial en la que Sigourney Weaver intentaba eliminar al extraterrestre, y donde ahora campa a sus anchas el enemigo, pródigo en apariciones estelares (el filme original era más reacio a mostrar tantos primeros y medios planos) a golpe de vistosos efectos especiales digitales. La película dirigida por el novato Matthijs van Heijningen Jr. consigue entretener y demuestra un por la cinta predecesora que no suele abundar por estos páramos cinamtográficos. Quizá, para algún espectador, demasiado. Porque, a excepción de dos detalles argumentales, es clavada a la anterior, de ahí precisamente el aire de «monster movie» ochentón que le ha insuflado Heijningen. Conclusión: si el espectador no ha cumplido aún los 30 y no ha tenido la suerte aún de toparse con la cinta realizada por Canperter, está de enhorabuena. Pero los que superen esa edad y tengan una buena memoria, van listos. Las comparaciones, ya saben, siempre terminan resultando odiosas.