París

Francia debate la suspensión del acuerdo Schengen

La iniciativa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de suspender la aplicación de los acuerdos de Schengen de libre circulación en la Unión Europea (UE) para situaciones como la llegada masiva de tunecinos generó ayer un intenso debate político entre la izquierda y la derecha del país.

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Lionnel Luca, diputado del partido de Sarkozy, consideró que el Tratado de Schengen «es un acuerdo de mínimos a la vista de la amplitud de los problemas», y que la idea de su suspensión «es una forma de alertar a los otros Estados miembros de la UE que parece que juegan a Poncio Pilatos».

«No es normal que la UE esté desamparada frente a esta situación y que cada país trate de salvarse por su cuenta», añadió Luca en declaraciones a «France Info».Mientras, desde la oposición, el diputado socialista Jean-Jacques Urvoas, denunció la iniciativa como un desafío a los socios europeos ya que «Francia corre el riesgo de aislarse frente a un problema que no puede ser más que europeo».

«Mi conclusión es que tenemos un presidente de la República incapaz de llevar a los otros países europeos a una solución. Es una muestra de debilidad», concluyó Urvoas en la misma emisora de radio. La idea de Sarkozy es que los Estados de la Unión puedan utilizar medios adecuados «ad hoc» para hacer frente a un problema particular como la llegada masiva de inmigrantes por las «revoluciones árabes».

Por eso, según fuentes oficiales citadas por «Le Figaro», se buscaría «la evolución de la aplicación de la cláusula de salvaguardia del Tratado de Schengen», que no prevé la posible reintroducción del control de las fronteras internas «con carácter excepcional» durante 30 días renovables en caso de «amenaza grave para el orden público o la seguridad interior».

Discusión con Berlusconi
La posible suspensión del Tratado de Schengen será debatida el próximo martes por Sarkozy durante su encuentro con el presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi. La cuestión será planteada en un ambiente de contencioso bilateral después de que Roma otorgara permisos a unos 20.000 tunecinos llegados a las costas de la isla de Lampedusa. Esos permisos condujeron al cierre por Francia el pasado domingo durante unas horas del tráfico de trenes entre los dos países entre Ventimiglia y Menton.