Huelga de liberados

El domicilio privado del presidente Valcárcel fue ayer de nuevo escenario del lanzamiento de huevos, insultos y destrozos en la fachada por parte de radicales que integran las manifestaciones de los funcionarios públicos en protesta por el plan de ajuste del Ejecutivo murciano. Cinco manifestaciones en tan sólo 13 días jalonan el escenario de protestas por un plan de reducción de déficit que el propio Zapatero exige a Valcárcel. Por eso, no debe extrañarnos que sea el mismísimo Zapatero quien ayer acudiera en ayuda de Valcárcel, al defender el plan de austeridad impuesto por el Gobierno murciano, así como que elogiara al mismo en estos tiempos de crisis. Entre tanto, los socialistas murcianos aprovechan la ocasión para hacer justamente lo contrario, es decir, movilizar a la gente que además resultan ser los mejor pagados. No es de recibo que mientras el Partido Socialista pide en el resto de España que el PP sea menos beligerante con el Gobierno central, en las comunidades autónomas aprovechen la ocasión para montar el circo sindical que no se ha hecho en los últimos cuatro años. Pero la clave ya sabemos donde está, y no es otra que reducir la representación de liberados a la mitad, una medida que toda Europa ha aprobado pero que en España los sindicatos se niegan a aplicar para no perder sus privilegios. Las centrales piden a Zapatero que suspenda la Ley de Valcárcel contra el déficit y éste les responde con un elogio a dicha normativa porque es lo que toca hacer en los tiempos que corren. Y a todo esto, sin noticias de Begoña García Retegui, excepto por su presencia en las manifestaciones ilegales.