Inocentes con daño irreparable por Iñaki Zaragüeta

Inocentes. ¿Ahora quién resarce a Francisco Camps y Ricardo Costa del linchamiento mediático y político durante casi tres años por determinados medios de comunicación y partidos? Lo sucedido, incluida la dimisión después de ganar elecciones por mayoría absoluta, ha desvelado aspectos que requieren solución con urgencia, porque los perjuicios ocasionados son ya irreparables. Alguien dijo «la inocencia no tiene nada que temer», pero el presidente de la Generalitat ha sido víctima de demasiados excesos como para cerrar página. Este juicio inédito en España –el único en toda la Historia por cohecho impropio pasivo ¡con lo que ha caído en este país!– ha presentado desde el minuto uno al último segundo de ayer una violencia sin parangón para un delito con pena de multa. Regalo de unas prendas de vestir que nadie ha visto y que las fiscales y la acusación particular fueron incapaces de contabilizar. Un día eran doce, otro cuatro… Actuación atípica de Garzón, vulneración del secreto sumarial y de la presunción de inocencia, politización al presentarse el PSOE como acusación –«cuando la política entra en un tribunal, la Justicia sale por la ventana» dijo el abogado, Javier Boix–, tres fiscales que no hicieron caso del informe de los «cuatro-inspectores-cuatro» de la Agencia Tributaria, a pesar de haber sido encargado por ellos, 500.000 euros de gasto, un magistrado que tuvo cargo en el Gobierno socialista, juicio sumarísimo paralelo y un sinfín de exageraciones difíciles de entender desde la imparcialidad y la objetividad. Y ahora, aparte de disfrutar del fracaso de la injusticia, ¿qué va a ser de Francisco Camps? Ante tal pregunta, me vienen a la memoria las palabras de Mariano Rajoy, creo recordar que manifestadas con reiteración: «Paco Camps será lo que él quiera». ¿Qué querrá Paco Camps? Así es la vida.