Literatura

Brasil

Maldito y cruel

La Razón
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Hay escritores que, al leerlos, nos preguntamos por su vida, y luego nos enteramos de que no se movieron de su despacho. Pero en otros casos, leerlos en casi una redundancia; su vida es su gran novela. Así pasa con el narrador uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937), suicida con cianuro que tuvo una vida marcada por la tragedia y la muerte. Tras un viaje a Misiones (la selva fronteriza con Brasil) con Lugones, vivió cierto tiempo en aquellos paisajes selváticos. Su obra narrativa, a la sombra de Poe y Maupassant, inquietó y sublevó a sus contemporáneos. Excesivo a veces; terrible en otras, amalgamó modernismo con romanticismo expresionista.

El crítico y narrador Toni Montesinos acaba de recuperar a este maldito del cuento cruel en una edición donde selecciona y prologa los más intensos relatos y realiza una introdu-cción quiroguiana a su obra, donde la prosa no evita la crueldad más inhumana al lector, quizá el mejor homenaje a quien fue monstruo y soñador. Y así, locura, sospechas y selva son los pilares de estos relatos, significativamente divididos en «Cuentos demenciales», «Cuentos fantásticos» y «Cuentos de monte». Personalmente, recomiendo al lector que vea primero los relatos más cortos, porque en la miniatura concentra mejor la fuerza. «Los cementerios belgas» y «El solitario» son como relámpagos en la noche.