15M

Entre la resistencia y los barrios

Hace casi un mes se buscaron la vida para convertir la Puerta del Sol en el poblado más céntrico de la Comunidad pero, a la hora de hacer las maletas, los «indignados» de Sol no han sido tan autónomos como presumían y han requerido de los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid, a pesar de que justo un día antes trataran de boicotear la constitución de la nueva corporación de esta institución.

A última hora de la tarde, siete camiones de la basura se habían llevado desperdicios de Sol. Los más radicales permanecieron en la acampada
A última hora de la tarde, siete camiones de la basura se habían llevado desperdicios de Sol. Los más radicales permanecieron en la acampadalarazon

Es sólo una de sus contradicciones. Ayer recogían para irse pero, en realidad, se quedan. El puesto informativo de madera situado en el epicentro de la plaza era la prueba más tangible de la intención de los «indignados». Sin embargo, lo que ha sido el campamento durante los últimos 28 días fue desmontado a lo largo de toda la jornada de ayer. Desde primera hora de la mañana, los servicios de limpieza del Ayuntamiento, el Selur, estaban frente a la Real Casa de Correos con un contenedor de obra, varios camiones de recogida y una docena de empleados preparados para llevarse los restos del movimiento 15-M.

«Ellos nos traen todo lo que sea para tirar y lo metemos en el contenedor, ya sólo me faltaba meterme entre las lonas a recogerlo yo...», comentaba uno de los trabajadores. Muebles viejos, lonas y papel de las pancartas fue lo que más se llevaron los operarios municipales. Según fuentes del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, a última hora de la tarde de ayer ya se habían descargado siete camiones con «restos del movimiento» que aún no había sido pesados.

Pero el Ayuntamiento de la capital no es el único que ha «costeado» la indignación del movimiento. Los comerciantes y hosteleros de la zona también han pagado su precio y, en general, la imagen de Madrid en el extranjero también se ha visto afectada, aunque no se han podido calcular de forma definitiva los daños al turismo, que ha afectado de forma directa a los hoteles.

Y es que, aunque los indignados llevaban mucho tiempo diciendo que se iban, no acababan de ponerse de acuerdo. En las últimas semanas, las asambleas diarias se alargaban durante horas porque una de sus normas era decidir todo por unanimidad. Se dieron cuenta de que así nunca iban a avanzar, por lo que tomaron la decisión por mayoría de desmantelar Sol para continuar en los barrios. Eso sí, quien quisiera seguir pernoctando en el kilómetro cero podía hacerlo a «título individual». De esta forma, como advierten fuentes policiales desde hace unos quince días, hay un retén de cerca de un centenar de personas que ni siquiera pertenecen al movimiento 15-M y que no tenían plan de irse.

Al cierre de esta edición, había más de una docena de tiendas de campaña en la plaza que anunciaron «oficialmente» su permanencia en la Puerta del Sol. La Delegación del Gobierno en Madrid no comunicó ayer su hoja de ruta a seguir en este supuesto, aunque todo apunta a que, finalmente, tendrá que dar la orden para que la Policía Nacional intervenga y los desaloje, al igual que la infraestructura de madera instalada como punto de información.

La asamblea general ayer se despidió haciendo un repaso al trabajo logrado y quedaron el próximo día 19 a las ocho de la tarde para continuar coordinando las futuras acciones a llevar a cabo desde el movimiento. Por ejemplo, el grupo de Medio Ambiente se reunirá domingos y miércoles a las siete de la tarde en la plaza del Carmen y de cualquier cambio se irá informando a través de Twitter, la red social más utilizada por los «indignados».

No obstante, la mayoría se citó para el próximo jueves a celebrar una asamblea para «estructurar» estas acciones. Durante el repaso de las diferentes comisiones, los portavoces se mostraron satisfechos del trabajo realizado y de los logros conseguidos. «La diferencia con otras revoluciones es que ésta no es un sueño (...). Cada vez vamos a ser más y vamos a cambiar el mundo», dijeron desde la comisión de Pensamiento. Opinaba igual Fernando, de la comisión de Artes. «Hoy es como un parto. Después de casi un mes de "embarazo"hoy damos a luz al movimiento que realmente permanecerá y se extenderá: primero por los barrios y después por todo el planeta». Advertía de esta forma que los «indignados» plegaban velas en Sol pero tienen intención de seguir dando guerra.