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Pakistán el otro polvorín

Pakistán vuelve a estar en el punto de mira de la comunidad internacional, después de que la revista «The Atlantic» revelase el pasado fin de semana que el Gobierno de Islamabad está transportando armas nucleares en «furgonetas comunes y por carreteras congestionadas y peligrosas».

La Razón
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ISLAMABAD- Según la publicación estadounidense, las autoridades paquistaníes en lugar de «mover el arsenal atómico en convoyes blindados» de la División de Programas Especiales lo están haciendo con vehículos civiles, «sin seguridad». Se trata de una gran irresponsabilidad por parte de Islamabad, ya que en el trayecto podrían caer en manos de talibanes. Además, este trasiego de armas nucleares hace sospechar que Pakistán pretende ocultar a Washington que dedica gran parte de la ayuda militar para incrementar su arsenal nuclear.

Ya en agosto, funcionarios norteamericanos advirtieron que Estados Unidos tenía un «plan de contingencia» para extraerle las armas nucleares a Pakistán si el presidente Barack Obama las consideraba «una amenaza para Washington o sus intereses». Ante estas informaciones, Islamabad reaccionó con duras críticas. El portavoz del Ministerio Exteriores, Tehmina Janjua, desmintió estas afirmaciones y las tildó de «pura ficción, infundada e intencionada».

«No es más que una campaña deliberada de propaganda encaminada a engañar a la opinión pública internacional», objetó la portavoz de Exteriores, antes de agregar que este tipo de campañas «no es nada nuevo», y las atribuyó a «sectores enemigos de Pakistán». Las previsiones del Pentágono son poco alentadoras y se barajan los peores escenarios, desde una situación de caos en Pakistán, la realización de atentados a instalaciones nucleares, una guerra con la India o un golpe militar o por grupos de extremistas.

Para rebajar las tensiones, el Ejército paquistaní anunció ayer que está formando a 8.000 nuevos agentes de Seguridad adicionales para proteger las instalaciones nucleares paquistaníes, como respuesta a la preocupación de Occidente de que las armas nucleares pudieran caer en manos de grupos terroristas.