París

ETA mantiene sus estructuras activas 15 días después del cese

Las últimas informaciones de que dispone la lucha antiterrorista de España y Francia indican que ETA mantiene plenamente operativos los «sub-aparatos» de «falsificación» y «reserva», lo que choca frontalmente con una supuesta voluntad de la banda de disolverse o desaparecer

Tras su encuentro ayer en París con Antonio Camacho, el ministro del Interior francés, Claude Guant, alertó de posibles escisiones en ETA tras el anuncio del cese de la violencia
Tras su encuentro ayer en París con Antonio Camacho, el ministro del Interior francés, Claude Guant, alertó de posibles escisiones en ETA tras el anuncio del cese de la violencialarazon

MADRID- Ambos entramados, dependientes de los «aparato» «militar» y «logístico», resultan fundamentales para que ETA pueda continuar sus actividades clandestinas en una situación como la actual, que los pistoleros pretenden presentar como «cese definitivo de las actividades armadas».

La falsificación de documentos, el alquiler de pisos para esconder a sus militantes, el robo de vehículos para los desplazamientos, forman parte, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN, de lo que ETA ha llamado siempre su «accionar armado». La operación que el pasado viernes se saldó con la detención en Bélgica de Ventura Tomé y Javier Aguirre permitió comprobar que ambos disponían de documentación falsa y vivían en un piso de la «reserva» de la banda.

En estos momentos, estas labores, por razones tácticas, pueden ser presentadas como algo normal, que no puede inquietar a nadie, porque son compatibles con la decisión de «cese»; pero, si las negociaciones que ETA pretende mantener con España y Francia, con el fin de debatir sobre las «consecuencias del conflicto» –el sábado pasado, Rufino Echeverría señalaba que el derecho a la autodeterminación no se ha concedido–, no fructifican, pueden ser utilizadas para lo contrario: volver a los atentados.

Pistoleros que se mantienen en la clandestinidad han recibido en los últimos meses instrucciones para «renovar» sus documentos falsos, lo que demuestra una voluntad de continuidad de ETA. La red de pisos en los que se esconden estos individuos se mantiene; los cambios de domicilio, por razones de seguridad, continúan, y los alquileres son pagados con regularidad.

Todo esto no significa que los demás «aparatos» de la banda se mantengan inactivos, o que estén en fase de disolución, como se pretende transmitir desde algunos medios y sectores oficiales, en los que se habla de una ETA derrotada, sin posibilidad de supervivencia. No es así, subrayan las fuentes consultadas, y transmitir este tipo de mensajes, aunque sea por razones electoralistas, no es conveniente. Uno de los «sub-aparatos» que están siendo reforzados es el de «Hanes» (negociaciones), dependiente del «aparato político». El «comité ejecutivo», la «dirección», formada por cinco cabecillas, tres hombres y dos mujeres (Iratxe Sorzábal e Izaskun Lesaka) trabaja en ello. Los expertos descartan los nombres que se citan siempre, cuando no se tiene información precisa de quiénes son los hombres: José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera»; José Luis Eciolaza, «Dienteputo», o Eusebio Arzallus, «Paticorto». En las últimas operaciones desarrolladas no se han obtenido datos que acrediten su presencia en Francia.

No se descarta que la banda haga público un nuevo comunicado, incluso antes de las elecciones, dirigido sobre todo a su mundo, en el que reiterará las exigencias de negociación y de no desaparición o entrega de las armas. Mientras, fue Arnaldo Otegi el que, hace algunos días, rechazó las peticiones que se hacen a ETA para que se disuelva. No hacía otra cosa que seguir la doctrina, establecida por la propia organización criminal, en el documento estratégico que elaboró para la situación actual (incluido el supuesto «cese armado»): «ETA no se desmilitariza porque no está militarizada. (...) Es más adecuado el fin de la contienda militar.
ETA no dará nunca las armas al enemigo, ni las romperá, las guardará. ETA no desaparecería, continuaría como organización política dentro de la izquierda abertzale, hasta que otro tipo de situación y debates digan lo contrario». Y agregaba que «ETA no pedirá perdón por sus acciones, sólo hará un reconocimiento de las víctimas civiles (no los policías, guardias civiles, militares o ertzainas) derivadas de su lucha. Al Estado le pedirá el reconocimiento de las víctimas creadas por él y el uso de las formas violentas (tortura, cárcel, judicial, GAL...)».

La postura de Otegi tuvo el apoyo inmediato de la abogada de la «izquierda abertzale» Jone Goiricelaya, una de las personas que negociaron en Madrid el actual «proceso», según las fuentes consultadas. La letrada afirmó que no se conoce en la historia del mundo que haya una «organización armada» que se disuelva «porque sí, sin negociar». «No conozco, en la historia del mundo, ninguna organización armada que se disuelva porque sí, que se disuelva sin hablar, sin negociar. Eso es lo que queda. Dejemos que ETA hable con los gobiernos español y francés».

La banda y su entramado lo tienen perfectamente claro y, si, de momento, «aprietan» lo justo con sus declaraciones, es porque les interesa que Amaiur obtenga unos buenos resultados el 20-N, dentro de su estrategia de desbancar al PNV como fuerza mayoritaria del separatismo vasco. Otra cosa es lo que ocurra después de los comicios, cuando se constituya el nuevo Gobierno, subrayaron las referidas fuentes.